Conocido en su comunidad como Arturo, pero en su "clika" de Brooklyn, es "Ogro"; nuestro entrevistado es un integrante de la Gran Familia Mexicana (G.F.M), una mega alianza de pandilleros que opera en Nueva York desde los 90 con actividades de tráfico de drogas, extorsión y amenazas contra comerciantes, conformada en su mayoría por mexicanos y chicanos. Arturo tuvo su iniciación en 2006, años más tarde y tras una pelea entre pandillas, fue detenido y encarcelado durante un año, tiempo en el que aprendió a tatuar antes de ser deportado.
Arturo nació hace 32 años en Cuautomatitla, una localidad ubicada a las orillas del volcán Popocatépetl, entre los límites de Puebla y Morelos, aunque la jurisdicción aún es un tema en discusión. Las oportunidades para tener una vida con servicios básicos son escasas y durante su adolescencia, al igual que muchos de sus conocidos, tuvo que elegir entre permanecer en el país o buscar una oportunidad “del otro lado”.
La cercanía con la cultura estadounidense provocó que ciertas corrientes sociales fueran adoptadas por locales, así que a finales de los 90 y durante la primera década de los 2000, las pandillas que controlan las cárceles y posteriormente los barrios de varias regiones de los Estados Unidos comenzaron a ser populares en México, por lo que se acuñó el término de “cholo” para referirse, de forma despectiva, a los integrantes de estos grupos. La Academia Mexicana de la Lengua (AML) señala que desde el actual siglo XXI la palabra también significa: “joven que viste pantalón muy suelto acinturado a la cadera baja, habitualmente miembro de una pandilla, que por lo regular consume drogas”.
A los 16 años, Arturo contactó a su familia en Brooklyn y, en solo 8 días, él y uno de sus vecinos se comunicaron con un “pollero”, quien los llevó hasta Sonora para saltar el muro en la reserva nacional de Tohono O'odham, que ahora es una de las fronteras más vigiladas del mundo, pero también ha sido la frontera que dividió al pueblo nativo de Tohono O'odham desde 1853.
Una vez cruzaron el puesto fronterizo, tuvieron que llegar a Phoenix y esconderse en un Walmart hasta que dos cholos llegaron a recogerlos. Ese fue un parteaguas para la visión que Arturo tenía sobre ser un cholo.
“La diferencia entre un mexicano y un chicano es que estando en la frontera está caliente y ellos andan fumando, tomando y levantando pollos, de ahí, dije ¿qué pedo?”, declaró.
Una vez dentro de Estados Unidos, llegó a New Jersey donde se encontró con vecinos y otros chicos cercanos a su localidad, así como de la capital, y es que gran parte de los mexicanos que componen las pandillas de los Estados Unidos, en especial en la zona de Brooklyn, son originarios de Puebla.
A finales del siglo pasado, las cárceles de Estados Unidos comenzaron a llenarse de inmigrantes latinos, en su mayoría mexicanos, dominicanos, salvadoreños y hondureños, una vez detenidos, dieron paso a la creación de “familias” o “pandillas”, grupos que protegían a sus connacionales de otros presos del itinerante racismo que muchos estadounidenses profesan.
Arturo tuvo su iniciación en los Niños Malos, una pandilla que controla la 5th Avenue en Brooklyn, con miembros principalmente mexicanos y que solo habla español. Esta familia tiene como rasgos particulares el uso de prendas blancas o tricolores para reconocerse y distinguirse de sus “contras”, es decir, pandillas rivales.
Sus principales adversarios son “los Papichulos”, “la Raza”, “Latin Kings”, “Mara Salvatrucha” y cualquier banda perteneciente a “los Blood”, una de las familias más grandes en Estados Unidos, conformada principalmente por afroamericanos, quienes se identifican con el color rojo y entre sus filas, estuvo el rapero estadounidense de ascendencia mexicana Daniel Hernández, mejor conocido como 6ix9ine, quien tiempo después acabaría traicionándolos para reducir su condena en prisión. También se presume que Suge Knight, propietario de Death Row Records, la discográfica que firmó a 2Pac y a Snoop Doog, fue miembro de este grupo.
Como integrante de los NM, “Ogro” también forma parte de la Gran Familia Mexicana, una mega alianza de pandillas que operaba en gran parte de Nueva York y que está presente dentro de las cárceles. Gracias a estos contactos, logró ser parte del tráfico y venta de drogas en los barrios de Brooklyn.
La forma en que operan estos grupos, es dentro de fiestas o bailes organizados dentro de sus territorios. De acuerdo con “Ogro”, en muchas ocasiones los dueños eran amenazados para pagar una cuota por protección y permitirles organizar los eventos, además de encargarse de controlar la distribución y venta de drogas, principalmente la cocaína y el cristal.
Aunque “Ogro” tenía un trabajo estable en un restaurante cercano, lo que ganaba en una noche con el resto de sus homies, lo obtenía en una semana en su empleo. Sin embargo, tenía muy claro que entre más tiempo pasara, más comprometido tendría que estar con la ideología, reglas y expectativas de los NM.
Tras permanecer unos años en las calles de Brooklyn, fue detenido por agentes de la unidad especializada en pandillas, tras reportarse la muerte de un integrante de un grupo enemigo. Un día antes, “Ogro” estaba presente cuando un sujeto perteneciente a otra familia tuvo un altercado con uno de sus amigos y terminó siendo atacado con un picahielo. Aunque no tuvo nada que ver en la agresión, fue detenido por posesión de armas.
El responsable de la muerte de su contra salió un día después de la detención, pero la mala suerte alcanzó a “Ogro” quien fue retenido por la “migra”, encarcelado un año y posteriormente deportado. Durante el tiempo que permaneció encerrado, hizo migas con el dueño de una máquina hechiza que le ofreció pagarle con una sopa instantánea o el equivalente a un dólar por cada tatuaje que le llevará a cabo.
Gracias a esta conexión, comenzó a elaborar diseños tanto en piel como en manta, practicando la aerografía. Tras regresar a México, siguió recibiendo encargos por parte de los NM para dibujar homenajes y pancartas en los que luzcan los símbolos que identifican a la G.F.M. En los últimos 7 años, ha intentado retornar a Estados Unidos en al menos 3 ocasiones; en la última, su deportación fue bajo la amenaza de permanecer otro año en la cárcel; sin embargo, su esposa y sus dos hijas, le hacen pensar sobre un cuarto intento.