“Buchones”, una expresión cultural de la juventud actual

“Buchones”, una expresión cultural de la juventud actual

Los “buchones” o “buchonas” son la descripción de un estilo de vida relacionado al norte del país y que ha cobrado fuerza gracias a la popularidad del subgénero musical del regional mexicano, conocido como corridos tumbados, una nueva imagen sobre la juventud mexicana ligada a la cultura del narco.

 

Algunos de los rasgos característicos de este movimiento es usar ropa de marcas reconocidas, autos de alta gama, acompañado de una vida acelerada, fomentando la idea de alcanzar altos estándares de vida mediante los beneficios de una vida ligada a la ilegalidad, aunque no en todos los casos.

 

Académicos como Ramón Ismael Alvarado Vázquez, profesor investigador en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), señala que la figura del “buchón” aparece en un momento de ausencia del Estado, en zonas donde prepondera el desempleo y la inseguridad, envuelto por la mediatización, las respuestas frívolas estilo espectáculo o telenovela, así como la apuesta por lo efímero y la falta de un proyecto de vida para los jóvenes.

 

Un claro ejemplo de esto fueron personajes como Juan Luis Lagunas Rosales, mejor conocido como “El pirata de Culiacán”, un joven de 17 años que se había hecho conocido en México por publicar en redes sociales videos de él tomando alcohol hasta perder el conocimiento y consumiendo drogas, pese a ser menor de edad.

 

Su cercanía a la vida “buchona” lo llevó a grabar un video dirigido a uno de los capos de la droga más sonados en Culiacán, días más tarde fue asesinado en el bar "Menta2 Cantaros", tras recibir 15 impactos de bala.

 

Ismael Alvarado refiere que el término está asociado a las manifestaciones faraónicas o de exaltación en el vestir, en el consumo (carros, motos, yates, casas), en la prepotencia por la forma de actuar, en el gasto fácil del dinero y en la creencia de que el éxito se consigue a través de la violencia.

 

La “colombianización” de los narcotraficantes mexicanos permitió la mezcla de gustos musicales como la banda y la música norteña junto a la cumbia, el ballenato y el reguetón, ampliando el público que consume narcocorridos.

 

 

Actualmente, esta diversidad creó otras categorías sociales como “los bélicos”, una connotación similar a los buchones con la diferencia de que su influencia proviene de la música actual o los conocidos corridos bélicos. Este tipo de canciones relatan historias de actos de guerra o sucesos de trascendencia violenta. El bélico se trata de todo aquel que escuche ese género de música y que despierte un interés por la violencia o por armas de fuego.

 

También se popularizó la imagen del “alucín”, una palabra tendencia entre los jóvenes. Por lo regular, este término hace referencia a las personas que suelen aparentar o decir mentiras para hacer creer que tienen una vida relacionada al mundo del narco.

 

Este es un término similar al de “manguera”, un mote con el que la jerga norteña apoda a “buchones wannabe”, que bajo el influjo del alcohol o del perico aseguran ser quien no son; generalmente hijos o parientes de algún narco, e incluso declaran ser empleados directos y/o asistentes de algún capo.

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