El 2 de abril de 1867 concluyó uno de los acontecimientos más destacados dentro de la historia de Puebla, pues se dio el triunfo del ejército mexicano de la república al mando del general Porfirio Díaz, quien hizo frente a las tropas del general Francois Achille Bazaine, al servicio del segundo imperio mexicano, siendo un parteaguas en la Segunda Intervención Francesa en México.
Este acontecimiento no es uno de los más populares entre los poblanos, pero sin duda, fue una pieza importante en la construcción y defensa del país; historiadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla califican a este incidente que comenzó el 9 de marzo de 1867, como la tercera aportación de Puebla a la soberanía nacional de México.
2 de abril de 1867 se lleva acabo la Toma de Puebla, entre elementos del ejército Mexicano al mando del Gral. Porfirio Díaz, fue la batalla decisiva que acercó finalmente las armas republicanas al triunfo sobre el segundo Imperio. pic.twitter.com/G1CsA6FUvu
— Mercedes Díaz (@mechediazortega) April 2, 2023
Y es que esta batalla fue fundamental para la recuperación de la República, ya que propició la caída del emperador Maximiliano de Habsburgo, quien gobernó México por imposición de las armas del ejército europeo. De esta manera, Puebla fue centro de los grandes acontecimientos militares y de la lucha política e ideológica que atravesaba el país.
Díaz ya había arruinado los intentos de los franceses por tomar la ciudad. El 5 de mayo de 1862, los invasores fueron rechazados en repetidas ocasiones por el ejército mexicano al mando del general Ignacio Zaragoza. Este triunfo, retrasó un año el plan de los conservadores, aunque en ese tiempo la ciudad terminó siendo ocupada y Porfirio tomado como prisionero.
El historiador Alejandro Rosa relata que, en 1865, Díaz fue hecho prisionero nuevamente y se le invitó a unirse a las filas de Maximiliano, lo cual rechazó. Con la ayuda de un cuchillo y algunas cuerdas logró soltarse, para arrastrarse sobre los techos de las viviendas hasta llegar a un sitio donde lo esperaban sus hombres con caballos listos para huir de Puebla. Unos meses después de escapar revivió al Ejército de Oriente.
A partir de 1866 inició la contraofensiva republicana. Díaz aumentó su prestigio al sumar victorias contra los invasores, en octubre ganó las batallas de Miahuatlán y la Carbonera, un par de meses después y con un numeroso Ejército de Oriente tomó Oaxaca; de ahí continuó su avance y a principios de 1867 llevó a su ejército a Puebla.
La ciudad estaba bien protegida y esperaban refuerzos de Leonardo Márquez. El investigador Raúl González Lezama, señala que Díaz encontró a la ciudad en manos de los conservadores y contaba con varias alternativas: retirarse, salir al encuentro de las tropas comandadas por Márquez, abandonar Puebla y marchar a Querétaro; o asaltar la entidad. El 1 de abril, Díaz y su Estado Mayor se decidieron por esta última opción.
En la madrugada del 2 de abril de 1867, soldados mexicanos se colocaron en sus puestos; los Generales Figueroa y Pinzón comenzaron el ataque al Convento del Carmen; 18 cañones era el armamento con que contaba el ejército republicano, aunque solo fueron carnada para luego lanzar el verdadero ataque.
El ejército del Segundo Imperio Mexicano, integrado por soldados conservadores mexicanos y franceses resistía los abates, pero horas más tarde, un bando se alzaba con la victoria. El conteo de los daños para el ejército republicano fue de la baja de 1 jefe, 6 oficiales y 246 soldados.
Sin embargo, el general Porfirio Díaz ocupó la plaza al medio día para comunicar la victoria al ministro de Guerra, este triunfo lo ayudaría a gobernar México por más de tres décadas, así como le valió el título de “El héroe del 2 de abril”.