![Operativo Mochila, ¿están de acuerdo los estudiantes?](https://imagenpoblana.com//medios/diario/20230331/244259_large.jpg)
La vigilancia en las escuelas puede llegar a ser un tema que genere controversia, especialmente cuando se habla del llamado Operativo Mochila, que tiene como fin revisar las pertenencias de los estudiantes antes de ingresar a una escuela buscando artículos que sean ajenos al proceso de aprendizaje.
Este polémico operativo volvió a ser tema en Puebla luego de que cinco estudiantes de una primaria en la colonia Álamos Vista Hermosa se intoxicaran por llevar a cabo el llamado reto viral del clonazepam, el cual consiste en ingerir pastillas de este antidepresivo, dando como ganador al último que se duerma.
Evidentemente estos niños de entre 9 y 11 años no resistieron los efectos de este medicamento controlado y resultaron intoxicados, por lo que uno de ellos tuvo que ir a parar al hospital para ser dado de alta horas después.
¿Qué dicen las autoridades?
En respuesta, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina señaló que no se aplicará el Operativo Mochila, pues no hay una legislación que permita llevarlo a cabo, por lo que hizo un llamado a los padres para que sean ellos quienes les digan a sus hijos los peligros que tiene hacer este tipo de actividades.
El Operativo Mochila se ha intentado aplicar en otras ocasiones en Puebla, pero nunca con éxito, menos aun cuando desde el ámbito federal se calificó como una violación a los derechos humanos de los estudiantes.
En su momento, la Suprema Corte de Justicia de la Nación señaló que aplicar esta medida es una agresión a los principios constitucionales de todo individuo, principalmente el derecho a la privacidad que está asentado en el Artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos también se ha posicionado en contra, pues se trata de una violación a la intimidad de los estudiantes, por lo que han hecho llamados a la Secretaría de Educación Pública para que se busquen otros modelos alternativos para garantizar la seguridad en las escuelas.
El Operativo Mochila nació justamente luego de que un estudiante ingresó un arma de fuego a su escuela en el año 2004 en la Ciudad de México, pero también se ha retomado su aplicabilidad en casos donde los menores pueden meter drogas o medicamentos controlados, como ocurrió con el reto clonazepam.
¿Qué dicen los estudiantes?
Con la finalidad de conocer la postura que tienen los estudiantes acerca de este llamado Operativo Mochila y con el consentimiento previo de sus padres, Imagen Poblana consultó a tres jóvenes que actualmente están estudiando secundaria y bachillerato, para conocer cuál es su postura al respecto.
El estudiante de secundaria, de quien omitiremos su nombre, rechazó la aplicación del Operativo Mochila y fue tajante al señalar que se trata de una violación a su privacidad, más allá del fin que pueda tener que revisen sus pertenencias.
"No me siento cómodo de que alguien me revise mi mochila porque es algo íntimo, para mí", expresó el joven, que es apenas unos dos años más grande que los menores que recientemente se intoxicaron con clonazepam.
Por su parte los dos estudiantes de bachillerato coincidieron en que el operativo mochila sería una buena idea para las escuelas, ya que les proporcionaría mayor seguridad.
"Yo pienso que el operativo mochila sí es una buena opción por seguridad de todos los compañeros, de nosotros y del personal docente", expuso uno de los jóvenes que actualmente cursa el segundo nivel de bachillerato.
Aquellas personas que defienden esta medida concuerdan en que no debería generar mayor problema, tomando en cuenta que en la mochila únicamente tendrían que ir útiles escolares y aquellos instrumentos necesarios para la labor educativa.
En contraste, aquellas personas que se muestran en contra de este operativo consideran que la revisión de las pertenencias en los estudiantes podría tener un efecto negativo, pues genera desconfianza y también puede dañar la autoestima de los alumnos a los que se les pueda encontrar algo ajeno al proceso educativo.