La Cámara de Diputados aprobó reformar la fracción XXIX-G del artículo 73 de la Constitución en materia de bienestar animal; con dicha reforma se faculta al Congreso de la Unión a expedir una Ley General para el bienestar animal y trato digno a los animales.
En su intervención ante el pleno, la diputada Esther Martínez Romano reflexionó sobre lo extraño que nos resultan los animales, lo que ocasiona que como seres humanos les neguemos toda clase de derechos.
“No hay reflexión, ni culpa, ni racionalidad, en nuestra relación con los animales. El hombre justifica su uso, su domesticación y su muerte, en nombre de la supervivencia humana”, señaló.
Aseguró que consentimos y fomentamos la industrialización de los animales como alimento, objetos de ornato, mascotas o instrumentos de trabajo; bajo la premisa que su uso y muerte posibilita la expansión y desarrollo de la humanidad.
“Consideramos al animal como un objeto carente de pensamiento y lo percibimos como un simple instrumento para el uso y disfrute del hombre, les negamos cualquier consideración como seres vivos, incluso, llegamos al extremo de negar su sufrimiento y dolor”, sentenció.
Aprobamos la modificación del art 73 Const para facultar a la @Mx_Diputados , para legislar en Bienestar Animal.
— Melissa Vargas (@melissavargasmx) March 31, 2023
A partir de aquí, vamos por la creación de la Ley Nacional de Bienestar Animal. #BancadaAnimalista pic.twitter.com/uyjzjMKAxf
Indicó que a lo largo de la historia se ha tolerado el maltrato y la crueldad contra los animales, y señaló que, por bienestar animal se debe entender, el estado de armonía que debe gozar cualquier animal en su desarrollo y su relación con su ambiente, lo cual incluye la salvaguarda de su vida, su salud y la protección de sus derechos.
Refirió que, estudios científicos señalan que los animales responden ante el maltrato de tres formas, produciendo alarmas, adaptándose al maltrato o generando estrés ante la imposibilidad de conseguir adaptarse a los abusos infringidos.
Hizo un llamado a reflexionar para replantear la cuestión animal desde una pregunta medular. No tanto si los animales piensan o hablan, sino más bien preguntarnos ¿Los animales sufren?
“Si partimos de la premisa que los animales sufren, no tenemos pretextos para no reconocerles un mínimo de derechos para la salvaguarda de su bienestar”, concluyó la legisladora poblana.