Clima de tensión mundial, un patrón repetido en la historia

Clima de tensión mundial, un patrón repetido en la historia

Foto: FreePik

El contexto en varios puntos del mundo es tenso, pues en países como Francia y Perú la sociedad se ha levantado y tomado las calles para que los respectivos gobiernos escuchen sus demandas. Aunque las manifestaciones son algo común en todo el mundo, en la actualidad son más latentes por las complicaciones sociales o reformas que afectan a la población.

 

En Francia, por ejemplo, desde que el presidente Emmanuel Macron reformó el sistema de pensiones para aumentar la edad de jubilación, pasándola de 62 a 64 años, la gente no tardó en externar su rechazo a los cambios. No solo París, sino que todo el país salió a la calle para mostrar su descontento con el mandatario y pedir su dimisión. Al principio fue solo por el cambio en la edad jubilatoria, pero los llamados han trascendido a otras vertientes.

 

Este es el acontecimiento más reciente, pero la realidad es que desde hace meses los franceses han exhibido su rechazo a diversas políticas, como en septiembre de 2022, cuando se manifestaron en contra los aumentos en sueldos de trabajadores de empresas petroleras por considerarlos insuficientes ante la inflación que se vivía en el momento.

 

 

Por otra parte, en Perú se han vivido intensas jornadas de reclamo desde la detención del expresidente Pedro Castillo en diciembre del año pasado. La designación extraordinaria de Dina Boluarte no cayó bien entre los peruanos, quienes piden su destitución y el llamado a elecciones presidenciales desde diciembre. Al día de hoy se cuentan 67 muertos por la represión. Pese a esto, Boluarte continúa en el poder y acusa intromisión de otros países para destituirla, además de sabotaje interno.

 

Israel también protesta por cambios en las normas judiciales que pretenden que la Suprema Corte integre a su comité por designación gubernamental, lo que daría el poder al régimen del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Universidades han cerrado, sindicatos amenazan con huelgas generales y los aliados extranjeros se pronuncian en contra de las reformas. En este caso hay dos frentes manifestándose, quienes piden más pluralidad y estado laico y los que claman por un gobierno más ortodoxo y con ideales nacionalistas.

 

 

Es claro que la población de estos países no piensa soportar más los abusos y autoritarismo de sus gobernantes, por lo que resulta llamativo que las manifestaciones masivas sean simultáneas. ¿Alguna vez se había vivido un ambiente internacional tan vehemente?

 

Hubo movimientos sociales que permearon en múltiples naciones e hicieron que las protestas masivas del mundo fueran simultáneas. Un episodio así en la historia fue el de los movimientos en 1968.

 

De un lado, estudiantes universitarios de varios continentes expresaron sus críticas al capitalismo y se alzaron en defensa de los derechos humanos. El 2 octubre de ese año se dio la matanza de jóvenes mexicanos en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, días antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos. El 11 de abril en Alemania se dio un intento de asesinato a un líder de movimiento, provocando más movilizaciones y tensión.

 

Francia tampoco se quedó atrás y se cerró la Universidad de Nantarre, en París, desde abril. Posteriormente, el 10 de mayo también se sumaron los obreros a las exigencias. Se le conoció como el “Mayo Francés”. Lo siguiente fue el levantamiento en ciudades de Italia, Japón, Turquía y Latinoamérica.

 

Desde otra trinchera, en Estados Unidos y ciudades de Europa se expresaron los frentes antibélicos que repudiaban la guerra de Vietnam, que terminó en la derrota estadounidense en 1975. Fue puntualmente en 1968 cuando la percepción del conflicto se tornó en contra de los norteamericanos y dejaron de verlo como una acción necesaria.

 

1989 tuvo otra temporada en la que el ambiente político global fue incierto. Cansados de la división política, territorial y social, los alemanes se concentraron para derribar el muro de Berlín, marcando el fin de la Guerra Fría. En China, el 3 y 4 de junio del mismo año la gente se congregó en la Plaza de Pekín para exigir fin a la corrupción que se vivía y la demanda de más libertades. En consecuencia, el gobierno chino ordenó la matanza de los ciudadanos, lo que se conoce como la “Masacre de Tiananmen”, donde murieron cientos o miles de personas.

 

Estos son acontecimientos que sucedieron hace décadas, pero la realidad es que el sentir de la gente sigue escuchándose en la actualidad, como sucedió en 2011 con el llamado “Movimiento Occupy”. Esta era una iniciativa para tomar u ocupar Wall Street, contra las marcadas desigualdades económicas y la concentración de riqueza en pocas manos en el mundo. Nació en Nueva York con más de 20,000 manifestantes, pero se extendió a otras partes del mundo, pues la situación de diferencias monetarias no es exclusiva de Estados Unidos. París, Berlín, Londres y regiones de América Latina también tomaron las calles con la consigna de “nosotros somos el 99%”.

 

Todavía más cercano, también con raíz en Estados Unidos, el asesinato del ciudadano George Floyd el 25 de mayo del 2020 enfureció una vez más a los norteamericanos por la brutalidad policiaca, principalmente contra la comunidad afroamericana. Se dieron protestas masivas en EU con el movimiento “Black Lives Matters”, en las que se hicieron presentes las agresiones de los cuerpos de seguridad del estado. A pesar de que el mundo atravesaba los momentos más duros de la pandemia por covid-19, en ciudades como Londres, Berlín, París y Brisbane, Australia, también se proclamaron los inconformes con el racismo sistémico. También se agregaron otras como Tokio y Seúl.

Notas Relacionadas