Cada 26 de marzo se conmemora el Día Púrpura o Día Mundial para la Concienciación de la Epilepsia, instaurado en 2008 para concientizar y apoyar a las personas que padecen dicha enfermedad y buscando derrumbar los mitos a su alrededor.
La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que se caracteriza por generar convulsiones recurrentes como consecuencia de una descarga eléctrica excesiva en las neuronas. Dichas convulsiones se traducen en episodios breves de contracciones musculares que pueden afectar solo una parte del cuerpo o su totalidad y, en algunos casos, puede haber pérdida de la conciencia y del control de esfínteres.
Este padecimiento lo presentan entre 4 y 10 personas por cada 1000 habitantes en los países en desarrollo, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, y se puede dividir en dos tipos: epilepsia idiopática o epilepsia secundaria, de la primera se desconoce su causa exacta y la segunda es aquella que se produce por alteraciones genéticas u otras causas.
Una lesión en la cabeza, accidentes cerebrovasculares, tumores, infecciones, envenenamiento y lesiones maternas pueden dar paso a la epilepsia secundaria, por lo que se recomienda poner especial atención a los traumatismos craneales, los prolongados estados de fiebre, recibir una adecuada atención perinatal y la eliminación de parásitos que puedan causar infecciones del sistema nervioso central, sobre todo en las regiones tropicales.
La OMS estima que hasta 70% de los casos diagnosticados pueden tratarse exitosamente con medicamentos anticonvulsivantes, ya sean adultos o niños. Actualmente, esta enfermedad afecta a unos 65 millones de personas en todo el mundo y quienes la padecen suelen ser víctimas de estigmas y rechazos.
En esta fecha, el director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Pedro Zenteno Santaella, emitió un llamado a la población durante el evento académico de telementoría, transmitido a unidades médicas de todo el país, a sumarse a la iniciativa de eliminar el estigma contra personas que viven con esta enfermedad, ya que actualmente 95 de cada 100 pacientes pueden lograr un control óptimo.
Por su parte, la neuróloga adscrita a la Clínica de Especialidades de Neuropsiquiatría del ISSSTE, Cecilia Acosta Murillo, afirmó que la problemática social asociada a la epilepsia es considerada uno de los fenómenos más importantes que se deben combatir para lograr la reintegración social y productiva de quienes sufren esta enfermedad.
“Las personas que padecen epilepsia deben saber que en nuestra institución somos conscientes de que no solo es necesario avanzar en un enfoque diagnóstico, terapéutico o tecnológico en el abordaje de este padecimiento, también estamos enfocados en aspectos psicosociales que permitan el libre desarrollo de las personas”, declaró.
Durante el evento se dieron algunas indicaciones sobre cómo ayudar a una persona que presenta una crisis convulsiva generalizada. El primer punto es poder guardar la calma para tomar el tiempo que dura la convulsión, recostar al paciente de lado para que fluyan las secreciones de la boca, no introducir ningún objeto en su boca y evitar que el paciente se pueda lastimar con cosas que estén alrededor. Además, se informó que el ISSSTE cuenta con programas que ayudan a acercar el conocimiento sobre la epilepsia al personal médico de primer contacto para ayudar al tratamiento y ayudar a eliminar el estigma.