Del papa a Donald Trump, nadie se salva de las deepfake

Del papa a Donald Trump, nadie se salva de las deepfake

Foto: Pixabay

Este fin de semana, el papa Francisco se hizo viral en redes sociales luego de que circularon fotografías en las cuales se le podía ver vistiendo modernos atuendos que generaron polémica, ya que muchas personas las dieron por verídicas.

 

La noche del viernes comenzaron a circular las fotografías en la web, hasta que finalmente durante el sábado por la mañana llegaron a las plataformas Twitter y Facebook.

 

Muchos usuarios comenzaron a hacer memes sobre las fotografías donde se puede ver al papa Francisco ataviado con una chamarra tipo puffer, unos modernos tenis y una actitud bastante despreocupada, al tiempo en que camina por la calle o incluso posa para las cámaras.

 

Esta imagen sin contexto que comenzó a circular en las redes fue dada por verídica por muchos usuarios, que halagaron, pero también criticaron al sumo Pontífice, pasando por alto el hecho de qué se trataba de una deepfake.

 

 

¿Qué es una deepfake?

 

En los últimos meses, la inteligencia artificial ha cobrado relevancia en las redes sociales por las múltiples imágenes que se obtienen a través del procesamiento de fotografías en software especializados, algo que mucha gente conoce como un montaje.

 

La inteligencia artificial es la forma en la que se le domina a los softwares que se ofrecen, tanto de forma gratuita como en una modalidad de pago, a través de plataformas y aplicaciones móviles.

 

Esta tecnología estaba de una forma no tan detallada desde principios de 1990, pero a principios del 2017 ganó más popularidad luego de que los desarrolladores de estas herramientas perfeccionaron la tecnología, a tal grado que se podía modificar el rostro de algunas personas en videos.

 

Esto rápidamente hizo que algunos usuarios comenzaron a difundir videos de corte erótico y sexual con los rostros de artistas famosos; a partir de ese momento, ganó el nombre de deeps fakes, cuya traducción al español sería falsedades profundas.

 

Con el ritmo acelerado con el que ha evolucionado esta tecnología, también han llegado múltiples usuarios que le dan un uso tanto lúdico como malicioso, pero recientemente el caso del papa Francisco pone en evidencia el riesgo que hay cuando la gente da por hecho este tipo de imágenes alteradas.

 

En un principio, esta tecnología requería de conocimientos más específicos sobre las herramientas de inteligencia artificial y los programas capaces de alterar tanto imágenes como videos, pero en la actualidad hay aplicaciones que prácticamente lo hace de forma automática.

 

El peligro de los deepfakes

 

Como se dijo previamente, las deepfake se utilizaron principalmente con la finalidad de modificar contenido pornográfico, pues tan solo durante 2020 fueron localizados aproximadamente 20,000 videos en internet a los cuales se les aplicó esta tecnología.

 

En la actualidad, se sigue utilizando con dicho fin, pero también se ha detectado su uso para la propagación de noticias falsas, para desacreditar a alguien, influir en votaciones o consultas populares en varias partes del mundo, manipular mercados financieros y hasta desestabilizar relaciones internacionales.

 

 

Previo al caso del papa Francisco, estuvieron circulando fotografías que mostraban el expresidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, arrestado por policías luego de que se diera a conocer una posible orden de aprehensión en su contra.

 

A simple vista, las imágenes podían pasar por ciertas si es que una persona sin un contexto del caso las viera, aunque cualquiera que estuviera actualizado sobre la situación legal de Donald Trump habría sabido que se trataba de fotografías falsas que solamente planeaban ilustrar un posible escenario.

 

¿Se puede identificar una deepfake?

 

Primero que nada, las deepfake se centran principalmente en la difusión de una imagen o un video, que puede ir acompañado por algún texto que busque dar contextual imagen, aunque la mayoría de las ocasiones lo que se vuelve viral es el contenido audiovisual.

 

Antes de dar por hecho que una imagen o video extraordinario es real, lo primero es buscar más información que nos permita tener un contexto de este caso y que permitirá saber si en verdad el protagonista de esta imagen o video se ve involucrado en una situación como la que se está manifestando.

 

La otra opción es más perceptiva, ya que las personas podrían buscar fallos en la generación de la imagen o el video que está circulando; por ejemplo, algunas fotografías o videos no se adaptan correctamente al momento de hacer el montaje y habría algunas variaciones principalmente en la forma del rostro o en algunas características sociales.

 

 

Aunque en la actualidad los programas han avanzado suficiente, hay características que difícilmente podrían pasar por alto; por ejemplo, en los videos de última generación un problema latente es el parpadeo de las personas, el cual la inteligencia artificial no ha logrado emular de forma adecuada aún.

 

En el caso de las fotografías, las principales diferencias se ven en el contorno del rostro, es decir, en el empalme del cuello y las orejas, pues muchas veces hay distorsiones que el programa de inteligencia artificial no logra acomodar adecuadamente.

 

Otra forma de comprobar la originalidad de algo es ir a la fuente de origen, es decir, rastrear quién o dónde se empezó a difundir esta imagen, aunque esto puede ser tardado y requiere algo más que ocio, aunque también hay plataformas especializadas en rastrear el origen o el lugar donde se publicó por primera vez alguna imagen.

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