La entrada de la primavera no solamente modifica el desarrollo de nuestro ecosistema, sino que además tiene cambios en los diferentes seres vivos, incluidos los humanos, pero estos cambios pueden ser tanto positivos como negativos.
De acuerdo con especialistas en la medicina, la llegada de la primavera traerá repercusiones tanto físicas como mentales para los humanos, la mayoría positivas y que se pueden manifestar de múltiples maneras.
Por ejemplo, durante la primavera la mayoría de los seres humanos deja de lado el letargo que trajo consigo el invierno y comienzan a hacer más ejercicio, pues el clima al aire libre es más agradable.
El hacer más ejercicio también requiere de una dieta con un aumento en las calorías, que a su vez se traduce en una dieta más balanceada y con un contenido calórico muchísimo más equilibrado que durante el resto del año.
Cuando una persona practica más ejercicio al aire libre también se beneficia con una mayor captación de vitamina D, la cual se obtiene a través de la exposición controlada a los rayos del sol.
La vitamina D ayuda de forma positiva a los humanos ya que al momento de ser absorbido por nuestro organismo se mejora el funcionamiento del sistema nervioso y también ayuda a mantener sanos los huesos.
Cuando entra la primavera las condiciones de la iluminación ambiental se modifican por lo que está comprobado científicamente que durante esta etapa del año las personas con problemas de la vista pueden mejorar su captación.
Esto se debe principalmente a la luz natural que produce el sol durante la primavera, lo cual repercute en la forma en la que la mayoría de las personas ven su entorno, y esto se puede verse en mayor medida en las personas que generalmente necesitan apoyo oftalmológico.
Con la disminución del frío tras la llegada de la primavera, muchas personas que padecen de resequedad de la piel comienzan a ver una mejoría gracias a la exposición solar.
Sin embargo, siempre que se encuentre uno al aire libre debe de tener en cuenta una protección solar que le permita llevar a cabo sus actividades sin poner en riesgo la salud de su piel.
Los efectos negativos
Aunque todo lo anterior representa cambios positivos para las personas con la llegada de la primavera, lo cierto es que también existen algunas complicaciones que llegan con esta estación.
Uno de los problemas más frecuentes es la llamada astenia primaveral, que se trata de una sensación de cansancio físico e intelectual, y que en la mayoría de los casos aparece de forma orgánica en los primeros días de la primavera.
De acuerdo con los especialistas la astenia primaveral aparece principalmente por una mezcla de condiciones en el ambiente como puede ser el aumento excesivo en la temperatura, subidas y bajadas en la presión atmosférica y en la humedad del aire.
Esta astenia primaveral tiene como características las alteraciones que provocan sentimientos de tristeza, apatía o nostalgia, los cuales muchas veces sean pasados por alto por los pacientes.
Pero es necesario señalar que, si una persona llega a atravesar por una crisis con estos síntomas, debe de buscar ayuda inmediata pues de lo contrario corre el riesgo de qué su estado anímico se pueda volver crónico y desencadene en otras consecuencias.
También hay que señalar el hecho de que este síndrome, considerado dentro de los trastornos afectivos estacionales, está más presente en las mujeres.
Adicional al estado cansado y de apatía que pueden experimentar los pacientes, también puede haber síntomas físicos como el dolor muscular y articular; irritabilidad; problemas digestivos; trastornos del sueño y hasta inapetencia sexual.