A poco más de un año de las elecciones federales del 2024, no han sido pocos los políticos interesados en llegar a la presidencia. Constantemente se escuchan a los integrantes de múltiples grupos destaparse como posibles candidatos, pero casi nunca se toman en cuenta los perfiles ciudadanos; sin embargo, el empresario Gustavo de Hoyos Walther declaró que quiere ser el aspirante de la coalición “Va por México”.
De Hoyos externó que se considera listo para ser presidente de México e inclusive ya lanzó propuestas de gobierno como penas más severas a feminicidas, combate a la delincuencia similar a lo hecho por el gobierno de El Salvador, mayor acceso a los servicios de salud públicos y privados y nuevos acuerdos de colaboración entre México y Estados Unidos.
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El motivo de su pronunciamiento es que, aseguró, la gente está harta de los políticos tradicionales, por lo que el fundador de “Sí por México” se presentó como una alternativa a la forma tradicional de gobernar. En los hechos, esta no sería la primera presentación de un ciudadano para alcanzar puestos de elección popular.
Ya sea para puestos de diputaciones, locales o federales, o en aspiraciones presidenciales, los candidatos ciudadanos no siempre tienen el éxito esperado, algunas veces por su poca difusión u otras porque su lejanía de los partidos tradicionales los opaca.
Uno de los ejemplos de triunfo es el del conocido jalisciense Pedro Kumamoto. Comenzó como diputado independiente por Zapopan en 2015, siendo el primero en conseguir esto en 25 años en el Congreso de Jalisco. Su logro como legislador llamó la atención por ser obtenido gracias a que la difusión de su campaña estuvo principalmente en redes sociales. En general su carrera se ha caracterizado por ser de poco uso de recursos públicos, proponiendo que también se redujera el financiamiento a los partidos políticos.
Posteriormente se postuló para el Senado en 2018, superando incluso las firmas requeridas por el INE, con más de 116,000. Aunque no ganó en esa elección, se alzó como la fuerza política independiente más grande de la región. Aunque siempre se mostró opuesto a la formación de partidos, él mismo hizo el suyo, “Futuro”, que busca seguir siendo contrapeso y nueva propuesta en Jalisco.
Otro ejemplo de éxito ciudadano es Manuel Clouthier, como diputado federal en Sinaloa. Aunque él ya había formado parte del Partido Acción Nacional (PAN), se deslindó temporalmente de este grupo debido a diferencias con los dirigentes de ese entonces. Desde 2012 intentó ser candidato en solitario a la presidencia del país, pero las leyes electorales no contemplaban este tipo de registros.
En 2015 se convirtió en el primer independiente en ganar la diputación y, en 2018, solicitó licencia para contender como senador, juntando más 41,633 firmas. Tampoco logró un lugar en la Cámara, y ahora está ligado nuevamente al PAN.
Jaime Rodríguez Calderón hizo historia cuando se convirtió en el primer gobernador de un estado, Nuevo León, sin necesidad del respaldo de un partido político. “El Bronco” también difundió su campaña en redes sociales después de salir de las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ganándole la elección al tricolor.
Después de esto pidió licencia para ser candidato a presidente del país, nuevamente sin partido. Entre sus propuestas más llamativas estuvo cortar manos a delincuentes, pero terminó perdiendo ante López Obrador. Regresó a sus deberes como mandatario y, en cuanto concluyó su periodo, fue detenido por desvío de recursos públicos.
No todos han tenido la misma aceptación entra los votantes, o simplemente no logran su cometido ante el Instituto Nacional Electoral (INE) para concretar su registro y aparecer en las boletas electorales. Así ha pasado con solicitantes como Lorena Osornio, quien fue candidata independiente a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en 2018, perdiendo ante Claudia Sheinbaum.
Armando Ríos Peter intentó ser aspirante presidencial en 2018. Aunque juntó las firmas necesarias para el registro, el INE desacreditó su solicitud por irregularidades en la colecta. Finalmente, María de Jesús Patricio también pretendió la candidatura a la presidencia en 2018, igualmente sin éxito. Llamó la atención por ser la primera mujer indígena en buscar el puesto, pero no consiguió las firmas necesarias para el registro ante el INE.
Aunque Gustavo de Hoyos pueda tener en contra la tendencia de los perfiles ciudadanos que no siempre ganan a los grandes poderes políticos del país, su mayor atributo es ser una cara nueva dentro del bloque de oposición que se sitúa detrás de Morena.
Mientras que en la 4T ya se tiene definido a un grupo de posibles contendientes a los comicios del 2024, entre los que se enlistan a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, la coalición de “Va por México” no tiene un nombre firme que sea contendiente real, pues cada semana se disputa la contienda Santiago Creel, Lilly Téllez, Luis Donaldo Colosio, Margarita Zavala u algún otro integrante que se sume, por lo que la irrupción de De Hoyos puede ser un punto a favor en sus aspiraciones.