Los ánimos de ganar seguidores en redes sociales constantemente orillan a los usuarios a llevar a cabo retos que casi siempre parecen inofensivos y se enfocan en divertir a los espectadores, pero también hay otros que resultan peligrosos. Puntualmente TikTok se ha visto en el ojo de las críticas por ser la fuente nuevas ideas que atentan contra la integridad de los creadores de contenido, muchas veces menores de edad.
Con la pandemia, la red social china se posicionó como una de las preferidas por lo llamativo de sus videos, cortos, de fácil consumo y altamente estimulantes; no obstante, en esta plataforma, como en muchas otras, se hacen virales retos que incitan a los jóvenes a consumir sustancias nocivas o hacer actividades de riesgo físico.
Ahora la nueva tendencia es el reto "borg", que ha logrado millones de visualizaciones en este sitio y que ha despertado alertas en varios países por la amenaza que supone, pero, ¿en qué consiste realmente? El desafío es mezclar diferentes tipos de alcohol con saborizantes artificiales, bebidas energizantes o electrolitos y agua dentro de un contenedor de gran capacidad para, posteriormente, ingerir la mayor cantidad de líquido posible.
Llamó la atención con sus primeros casos en la Universidad de Massachussets, donde al menos 28 estudiantes tuvieron que ser atendidos por personal de salud debido a intoxicación alcohólica. Ellos afirmaron que su intención era combatir los efectos embriagantes con los electrolitos, para así mantenerse hidratados y beber por más tiempo.
Como es costumbre con estos retos virales, muchos de los espectadores son menores de edad, haciendo que el riesgo de intoxicación por imitarlo sea más grande y con repercusiones más severas al organismo por el consumo de alcohol en cuerpos que todavía están en desarrollo.
Hay problemas serios con esta práctica, ya sea por la combinación de estos tipos de brebajes o por beber desmedidamente. En primer lugar, la Secretaría de Salud ha advertido que las bebidas energizantes son causa de problemas en el corazón tales como aumento en el ritmo cardíaco, además de complicaciones en la presión arterial, subidas de glucosa y mayor producción de orina, lo que deviene en deshidratación.
Si se mezcla con algún licor los riesgos de intoxicación hepática se hacen más latentes, presentándose con dolores de cabeza, vómito, taquicardias, dilatación en las pupilas o hipertensión. Es de especial cuidado en personas embarazadas, lactantes o en quienes padecen diabetes, estando completamente restringidas por afectaciones al desarrollo fetal o complicaciones de la sangre.
La idea de que esta unión ayuda a mantenerse sobrio es realmente la contraposición del producto estimulante con el efecto adormecedor del alcohol. El mayor peligro de esta falsa sensación es que las personas se sienten con la capacidad de conducir automóviles o euforia que deviene en peleas o relaciones sexuales sin protección.
En menores de edad las bebidas alcohólicas tienen otro tipo de consecuencias, pues en edades tempranas aún hay formación cerebral. Puntualmente es en la corteza prefrontal, donde se toman las decisiones, por lo que estas sustancias afectan en la adopción de conductas imprudentes, como la actividad sexual sin protección o el consumo de más alcohol.
Según la organización “Healthy Children”, la razón de que esta actividades sean tan habituales entre los más jóvenes puede estar precisamente en la parte del cerebro ya citada, la corteza prefrontal, pues su desarrollo termina aproximadamente a los 25 años, dejando a los adolescentes a la disposición de sus impulsos.
A esto se suma que las redes son un lugar donde se condecoran los comportamientos más vistosos y pintorescos, por lo que un usuario en el rango de edad menor a los 25 años no toma consideraciones ni reflexiona en su actuar, todo con el objetivo de tener más seguidores en sus perfiles.
