El Síndrome de Genovese, también conocido como Efecto Espectador, es un fenómeno psicológico que se presenta en grupos numerosos de personas que presencian una situación de emergencia, esperando que alguien brinde apoyo, el cual nunca llega.
Su nombre se desprende tras los hechos suscitados el 13 de marzo de 1964, cuando una joven de 28 años llamada Catherine Susan Genovese llegaba a su apartamento alrededor de las 3 de la mañana en Queens, Nueva York, cuando un sujeto la apuñaló y abusó de ella. Por cerca de 40 minutos, Susan pidió ayuda, pero hasta que su agresor emprendió la huida fue que alguien decidió llamar a las autoridades.
En total, 38 vecinos afirmaron haber escuchado a la mujer pedir ayuda, pero ninguno hizo algo al respecto. Lo que ocurrió en el transcurso de esos minutos es lo que ha sido bautizado años más tarde como el Síndrome de Genovese.
Aunque años más tarde, esa historia fue desmentida pues en el documental The Witness, disponible en Netflix, se cuenta la historia de William, uno de los hermanos de “Kitty”, quien intenta averiguar si es cierta la historia de los 38 testigos y descubre que varios vecinos sí llamaron a la policía, aunque no fueron 38, sino cerca de 12 y que su hermana estuvo acompañada de una vecina y amiga quien la abrazo mientras moría.
A pesar de la nueva evidencia, la historia dio pie a una serie de investigaciones sobre el comportamiento de los humanos en sociedad.
El experimento de Darley y Latané
En 1968, John M. Darley y Bibb Latané dirigieron un experimento que tenía como hipótesis, que las personas que presenciaron el asesinato no ayudaron precisamente porque eran muchas personas. Su investigación sugiere que, cuando los participantes eran testigos individuales de una emergencia, había más probabilidades de que brindaran ayuda. Mientras que, cuando se presenciaba una emergencia de manera grupal, los participantes eran menos propensos a intervenir individualmente.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que la cantidad de personas que presencian un ataque es un factor determinante en la intervención individual y a esto se le conoce como “Efecto espectador”. A raíz de la noticia sobre el asesinato de Genovese se generaron hipótesis científicas que se plasmaron en manuales de estudio y en libros escolares de psicología, configurando toda una teoría sobre las conductas prosociales.
Hace unos años, el New York Times, medio en el cual se dio a conocer la noticia escrita por Martin Gansberg, reportó que algunos hechos fueron malinterpretados y que la noticia inicial pudo haber caído en distintos sesgos. El principal aspecto es que fue exagerado el número de testigos.