Los golpes en la cabeza no siempre reciben la atención adecuada, ya que, quienes los sufren, a veces creen que no son de mayor consideración. No obstante, hay algunas cuestiones que se deben tomar en cuenta sobre las consecuencias de estos impactos y qué hacer para que no sean de gravedad.
En entrevista con Imagen Poblana, el médico Alejandro Galicia Saldaña detalló que los golpes tienen tres clasificaciones: contusión, conmoción y traumatismo craneoencefálico, cada una con cuidados e inferencias diferentes.
La contusión, hace alusión a los impactos que no son tan graves, no implican pérdida de la memoria o desmayo y solamente se presenta inflamación en el área afectada del cerebro. Por su parte, la conmoción ya es más preocupante, pues consiste en inflamación más pronunciada, lapsos de olvido en la memoria y despersonalización, a veces por periodos de dos a tres horas. Finalmente, el traumatismo es más severo, se pueden presentar convulsiones y lesiones (fisuras o fracturas) en el cráneo con secuelas en el largo plazo.
Los riesgos son igual de variables, en la contusión son mínimos y solo requiere observación. Con la conmoción no hay daños tan pronunciados, solo una lesión menor que aún no es peligrosa. Ya en el daño craneal es donde comienzan los problemas, pues se presentan hemorragias internas y, en caso de no atenderse adecuadamente, se pierde el conocimiento, se presentan complicaciones respiratorias (paro cardiorrespiratorio) o, en casos más extremos, se pierde la vida.
En caso de que nosotros o una persona cercana se golpeé fuertemente en la cabeza, ya sea por caída o con algún objeto, se deben seguir ciertas acciones para no empeorar la situación. “Si la persona está consciente, no moverla hasta que una persona con conocimientos la valore”, expresó el médico.
En el mismo sentido, aclaró que con frecuencia estos accidentes se dan en casa con menores, por lo que los padres deben precisar que el niño reciba atención de un médico general y, dependiendo el análisis inicial, acudir a un centro de salud especializado, como un hospital de ortopedia. En un traumatismo de cráneo, es importante que se mantenga inmóvil a la persona hasta que haya presencia de personal especializado, ya que un mal movimiento, en lugar de auxiliar, puede ser contraproducente.
Una creencia popular en este contexto es que los niños que se caen y pegan en la cabeza deben permanecer despiertos para evitar complicaciones, ¿qué hay de cierto en eso? El médico Galicia explicó que hay tres signos de alerta a los que hay que estar atentos como vómito, indicios de daño en el tallo nervioso, estado de inconciencia, pues el niño puede ponerse somnoliento repentinamente, y, finalmente, las convulsiones. “Sí hay relación si el niño se duerme, si está sangrando y hay una lesión mayor, sí puede fallecer un niño”, expuso el especialista.
Para saber el avance y descartar riesgos, es importante que la atención en un hospital sea precisa, y una vez que se esté en un hospital se llevarán a cabo una serie de estudios que den cuenta del estado del paciente.
Se tomarán radiografías del cráneo desde diferentes ángulos para detectar daños cerebrales o propiamente del hueso. En los casos de hemorragia, se evaluará para esclarecer si es necesaria una cirugía para la remoción del coágulo o la alternativa de hacerlo con otros métodos médicos.
Esto último es más relevante por los daños que se dan si no se quita un coágulo, entre los que se puede incluir inmovilidad en la mitad del cuerpo o incapacidad de hablar, requiriendo terapia para aprender nuevamente estas habilidades.
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