Esto se sabe sobre la escasez de medicamentos siquiátricos en México

Esto se sabe sobre la escasez de medicamentos siquiátricos en México

Foto: Pexels

El problema de desabastecimiento de medicamentos de uso siquiátrico en México se ha aseverado tras la pandemia generando una de las crisis más relevantes en los últimos años. Aunque existen diversos factores que han propiciado este escenario, la monopolización de farmacéuticas y los modelos de adquisición de insumos sanitarios del actual gobierno federal parecen ser las principales causas de esta situación.

 

En enero de 2016, los medicamentos siquiátricos registraban un abasto de 98% en las instituciones de salud públicas, según datos del Mapa de Desabasto del Instituto Farmacéutico de México (Inefam). Sin embargo, para enero de 2022 el surtido de esos fármacos cayó a 64%.

 

El año pasado, los reportes de escasez de fármacos siquiátricos ocuparon el primer lugar, por encima de las quejas de desabastecimiento de medicamentos para tratar el cáncer, que solían ser el reporte más grande en el país. La mayoría de los reportes son por falta de tratamientos para depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno bipolar y esquizofrenia.

 

De acuerdo con expertos en el área de la salud, la principal causa está en la producción controlada por parte de farmacéuticas y que, al fusionarse con otras empresas, dejan de producirlos o su producción se ve limitada al sector privado, donde su adquisición tampoco es algo sencillo pues una caja de 30 tabletas de Metilfenidato, medicamento usado para el tratamiento del TDAH, puede costar hasta 2,000 pesos.

 

Mala calidad de medicamentos empeora la situación

 

La situación del desabastecimiento empeoró en 2020 cuando la Secretaría de la Función Pública prohibió a las entidades de carácter público del país adquirir medicamentos de la empresa Psicofarma, una de las farmacéuticas que predomina en la producción y venta de medicinas para la salud mental en México.

 

La prohibición ocasionó que la empresa incumpliera un contrato que la comprometía a entregar 600,000 unidades de un medicamento para tratar infecciones, de las cuales solo repartió lo equivalente al 53 % de lo pactado, pero ¿a qué se debió esta prohibición?

 

En noviembre del año pasado, la Comisión Federal Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) llevó a cabo una inspección a las plantas productoras de Psicofarma y encontró “graves problemas en la capacidad y en la pureza de la producción”. De acuerdo con el reporte, fueron encontrados rastros de contaminación cruzada entre fármacos.

 

 

Los medicamentos producidos por esta farmacéutica contienen además de la sustancia activa, restos de otros medicamentos que pueden generar efectos adversos en la salud de los pacientes, por ello se decidió cerrar temporalmente las líneas de producción.

 

Durante el periodo de aislamiento por la pandemia del COVID-19, los trastornos de salud mental en México aumentaron entre 20% y 30%, mientras que algunos casos se agudizaron como la depresión, la ansiedad y los desórdenes obsesivo-compulsivos, de acuerdo con el doctor Rogelio Bazúa O’Connor, Coordinador del Módulo de Salud Mental, del Congreso Internacional Avances en Medicina (CIAM).

 

Mientras la Cofepris tiene congelada la producción de medicamentos que incluyen contaminación cruzada, envasado sin técnica de esterilidad y almacenamiento de materia prima en áreas contaminadas, los sistemas sanitarios del país demuestran no estar listos para una mayor demanda en servicios de salud mental.

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