Los humanos compartimos con el resto de los animales muchas cosas, más de las que creemos, y entre ellas está la capacidad de contraer alguna enfermedad o padecimiento. Dentro de estos males se puede incluir al cáncer, que enferma a los humanos en diferentes áreas del cuerpo, pero también a una amplia gama de animales, como los de compañía que tenemos en casa.
En este sentido, el cáncer en perros puede ser más común y peligroso de lo que creemos. Para aclarar algunas de estas dudas, el médico veterinario César Linares detalló, en entrevista para Imagen Poblana, algunas vertientes a considerar para saber si nuestras mascotas pueden llegar a sufrir esta afección.
En términos generales, los tumores malignos no son como tal una enfermedad, sino una serie de complicaciones a causa del cáncer. Las afectaciones son variables, dependiendo la zona en que se estén desarrollando, ya sea piel, sangre u otros órganos. “En la piel se ve como bultitos, en los órganos provoca disfunción y en la sangre es un malestar general”, declaró el especialista.
Puntualizando en perros, se puede notar cuando estos dejan de comer, se les cae el pelaje o un deterioro de la salud es notorio en cuestión de días. Es más común de lo que se cree, ya que es el resultado de un estilo de vida poco saludable y su detección es rara en las primeras etapas, principalmente porque la gente no sabe que es posible o no tienen idea de cómo identificar los síntomas.
La mayor problemática es lograr la detección temprana, toda vez que los malestares iniciales pueden ser confundidos con otra enfermedad, quizá menor, dejando que se desarrolle más y más, por lo que requiere diagnósticos minuciosos. Se puede empezar a notar cuando la mascota presenta verrugas en la piel, pequeños bultos en las patas, cola o cabeza, pero también con el cambio en algunas partes de su cuerpo, como la nariz, que tiende a reblandecerse.
No es necesario que las mascotas sean descuidadas, con el simple hecho de alimentarlos con comida de mala calidad o compartir lo que nosotros ingerimos ya estamos propiciando el mal desarrollo de los animales; sin embargo, esto no es una sentencia de muerte, pues nuestro entrevistado explica que también influye el factor genético.
Los perros de raza, al venir de un linaje tan marcado y con predisposiciones, son más propensos que otros; considerando que existen aproximadamente 2,000, las tendencias son cambiantes entre una y otra. César precisó que las razas blancas y las grandes son las de mayor riesgo. “Razas blancas tienden a desarrollar cáncer de piel porque tienen poca defensa ante el sol, hay razas que crecen mucho y por esto también sus huesitos pueden desarrollar cáncer de hueso”, manifestó, asegurando que son precisamente estos dos, de piel y huesos, lo más frecuentes entre casi todos caninos.
En contraste, los perros mestizos son más resistentes a esto, igual que a muchas otras enfermedades. Esto se debe en primera instancia a la amplia variación de ancestros que hay detrás de ellos, eliminando considerablemente los riesgos genéticos.
Si un perro es diagnosticado con esta enfermedad, no todo está perdido, ya que sí existen tratamientos para revertir la situación. Actualmente se tienen las opciones de operar y remover el tumor o las sesiones de quimioterapia. Aunque esta última pueda generar miedo, Linares aseveró que no es tan devastador para el organismo de los canes como puede ser para los humanos: no hay pérdida de pelo, apetito, ni vómitos. Los costos van a depender también del lugar en que se administre, no es igual en un consultorio de una colonia popular que el de un hospital especializado.
Detectar a tiempo siempre será la diferencia, pues el desarrollo sin contratiempos deviene en metástasis, cuando el tumor se extendió a más partes del cuerpo en las que ya no se puede intentar algún tratamiento. “A veces un cáncer agresivo no nos preocupa encontrarlo en la patita, se podría cortar y asunto arreglado. Lo que nos preocupa es que el tumor que empezó en una patita llegue al corazón, al cerebro o al pulmón, y no podemos quitarlos”, expresó.
La esperanza de vida es variable, por ejemplo, si se retira el tumor un perro puede alcanzar varios años de vida, o, sí el cáncer es muy agresivo, tal vez no pase de unos meses.
Finalmente, hay formas en las que recomienda se puede prevenir el cáncer, puntualmente el de mama, pues afirma que esterilizar a las perras antes de su primer celo reduce los riesgos de padecerlo. Mismo caso con los machos, para disminuir las probabilidades de cáncer en próstata. Del mismo modo, cuidar la alimentación es relevante, pues esta y otras enfermedades se ligan a la comida que les damos, igual que el resto del estilo de vida.