La lista del presidente Andrés Manuel a su sucesor en Palacio Nacional es muy distinta a La lista de Schindler, la película estadunidense de 1993 en la que se relata una etapa de la vida de Oskar Schindler, el empresario alemán que salvó de morir a más de 1 000 judíos polacos durante la Segunda Guerra Mundial. Don Gilberto Bosques Saldívar salvó a más de 40 000 personas del nazismo y el fascismo, la mayoría exiliados españoles en Francia, mientras se desempeñaba como cónsul de México y a nadie se le ocurre hacer un filme tan bueno y famoso como el primero.
Pero cuál es la lista de López Obrador para 2024-30. En su propias palabras mañaneras del lunes 6 explicó. “Voy a dejar una lista de las reformas pendientes, pues ya no me va a tocar a mí, porque ya no tengo tiempo, debo dedicarme de cuerpo y alma a concluir las obras, a consolidar los programas de Bienestar, a dejar bien sentadas las bases para la transformación del país”. A saber, la renovación del Poder Judicial y la desaparición de los “órganos autónomos” que, en su concepción, los son básicamente del pueblo y fueron creados para defender y proteger el capitalismo salvaje, más conocido como neoliberalismo.
En primera instancia se trata de reformas de gran calado, de las que en el sexenio anterior, el de Enrique Peña, ahora ciudadano español porque el miedo no anda en burro, las llamaron estructurales. Son, pues, de las que acaso eran para considerarse prioritarias del sexenio de la Cuarta Transformación.
Resulta clara la previa explicación proporcionada el jueves 2, consistente en que AMLO asume con todas sus letras que se equivocó en cuanto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. “A mí me tocó proponer a cuatro (ministros). No me fue muy bien que digamos, porque mi propósito era, lo pensé: ‘no voy a enviar una iniciativa (constitucional) porque se debe de respetar la independencia del Poder Judicial, pero sí puedo proponer cuatro de 11 (candidatos a ministros) y lograr con ellos impulsar de arriba hacia abajo, aunque no es fácil, la renovación’. No pude, me equivoqué con los que propuse; no todos, desde luego.”
Así de simple, así de sencillo el error en una apuesta que no es exagerado estimar estratégica. Y ahora queda como uno de los grandes pendientes del o la sucesora de Obrador, siempre dando por hecho que será de su propio movimiento-partido, Morena. Valga registrar que desde Ernesto Zedillo ningún presidente logró dejar a su candidato y que despachara en Los Pinos. Francisco Cruz Jiménez (autor de García Luna, el señor de la muerte) asegura que Felipe Calderón lo fue de Vicente Fox.
Aparte de que Morena refrende en junio de 2024 su triunfo en las urnas con Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard como sucesores del nativo de Villa Tepetitán, Macuspana, Tabasco, está en chino o en árabe que refrende la mayoría calificada en el Congreso como para emprender la reforma constitucional necesaria para que los “órganos autónomos” desaparezcan de la arquitectura jurídica.
Y, finalmente, son varias las ocasiones en que AMLO anunció en las mañaneras su retiro de la política a partir de que entregue la banda presidencial. Promete, incluso, que no dará conferencias y menos consejos políticos, hasta el punto de que en la finca llamada La Chingada no se podrá conversar de política. La pregunta sin ánimo de molestar es la siguiente: ¿Dejar la lista de Obrador al sucesor o sucesora en Palacio Nacional no es una forma de permanecer en el tiempo y en el espacio en el proyecto transexenal de la Cuarta Transformación?
Acuse de recibo
Teresa Gil puntualiza: “Estimado Eduardo, las de mi libro ¿Qué pasó con aquella Expropiación?, son reflexiones pero históricas, de los cinco entrevistados en forma exclusiva por mí, sobre ese hecho histórico. Involucrados directamente en el caso, Jesús Silva Herzog, asesor de Lázaro Cárdenas, y Valentín Campa con acceso directo a la presidencia. Y testigos como trabajadores: Juan de la Cabada y el propio Valentín y la percepción europea de Renato Leduc. Como parte del apoyo en las concentraciones, da su opinión como estudiante Ricardo Torres Gaytán. Todos, ya fallecidos, dieron su visión en las entrevistas publicadas en el suplemento del 18 de marzo de 1980, en Unomásuno”… A Emmanuel Macron lo pararon en seco y en público los presidentes del Congo y de Zambia, durante la gira número 18 del incansable viajero, mientras millones de trabajadores rechazan su reforma a las pensiones. El presidente Félix Tshisekedi dijo a Macron: “Esto debe cambiar, la forma en la que Europa y Francia nos tratan. Debéis comenzar a respetarnos y ver a África de un modo distinto. Tenéis que dejar de tratarnos y hablarnos con tono paternalista. Debéis respetar a África”… En México todavía es muy admirado entre los intelectuales orgánicos del PRIAN, tanto que Jorge Castañeda engatusó al senador Armando Ríos Piter para que fuera candidato presidencial independiente porque “México necesita un Macron”. Y el fracaso en 2018 fue estrepitoso.
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