La niña que se preguntaba “¿por qué el refresco hace un ruido al abrirse?” ahora es la ingeniera química que todos los días se viste con botas industriales, guantes y casco para coordinar más de 200 personas y producir a diario alrededor de 2 mil toneladas de cemento en la Planta Barrientos de CEMEX México.
Su curiosidad llevó a Gabriela Blanco hacia una carrera profesional que le diera respuestas: ingeniería química, y su interés por el cuidado del medio ambiente la dirigió a estudiar una maestría en Desarrollo Sostenible.
Con estas herramientas y, casi por casualidad, comenzó su camino en CEMEX México, lo que ella llama su familia, y donde su cercanía con los colaboradores y su esfuerzo por ser la mejor profesional en su ramo la llevó a convertirse, hace año y medio, en la única mujer en México en encabezar una planta de cemento.
Desarrollo integral
Todo inició cuando en una conversación de trabajo, una persona le dijo al papá de Gabriela que por el perfil de su hija debía acercarse a CEMEX. Dicho y hecho: la joven envió su currículum en noviembre de 2006 y un mes después comenzó a laborar en Planta Barrientos, en el Estado de México.
“Entré como Coordinadora de Calidad y Ambiental, después tuve oportunidad de trascender a una trayectoria profesional y más tarde viajé para vivir en Colombia de base, pero con un rol regional como Gerente de Producto para todas las plantas que están en los países que conforman la región de Centro, Sudamérica y Caribe”, detalla la ahora líder de Planta Barrientos.
Después de ese cargo, la ascendieron a Directora de Calidad para la región.
“Cuando terminó la pandemia y se abrieron otra vez los aeropuertos, tuve oportunidad de regresar e integrarme en la operación de CEMEX México en la Vicepresidencia de Operaciones y Técnica, en la posición de Gerente Ambiental para todas las plantas del país y después tuve la fabulosa oportunidad de venir a la planta como responsable”.
Equipo único y diverso
La experiencia de Gabriela en el extranjero le ayudó a entender la importancia de la diversidad en un equipo de trabajo, pues para ella lo más valioso son las personas.
“La diversidad es un tema que nos enriquece en todos sentidos, poder contrastar ideas, formas de vida, temas culturales, eso aporta en cualquier sentido, cualquier experiencia, y estoy hablando más allá de un tema de género o de cultura, como a veces se asume la diversidad, hablo de lo que implica el tema de relacionarte con las personas teniendo en cuenta que cada uno es un individuo único”, destaca.
Considerar todas las diferencias, explica, enriquece el proceso y genera valor agregado ya que ayudan a tener un mayor número de alternativas para dar solución a cualquier tipo de retos.
Mientras camina por la planta, Gabriela saluda a los colaboradores, quienes con gusto le responden con un choque de puño o un pulgar alzado en forma de “me gusta”.
“El liderazgo para mí, es la capacidad que se tiene de motivar y conducir a un grupo de personas hacia un bien común, podemos ser cercanos con la gente, hacer que las personas nos perciban más próximos, más abiertos, generar empatía con los colaboradores y establecer fácilmente conexiones emocionales, lo que favorece la comunicación efectiva en la organización, el trabajo en equipo y el logro de los objetivos comunes”, comenta.
Este liderazgo permite conocer más de cerca lo que sienten las personas, sus motivaciones, lo que posibilita tener una visión compartida y mejorar el ambiente de trabajo, pues se consideran sus sentimientos de satisfacción y felicidad.
“Esa parte emocional que las mujeres podemos tener, de pronto, más a flor de piel, es el tipo de cosas que puede hacer la distinción y que finalmente se complementan con el liderazgo masculino, que puede ser más directo, más determinante”.
Foto con casco puesto Aunado a lo anterior, la cercanía de Gabriela con la gente y su interés por el bienestar de los trabajadores han abonado al ambiente en la planta; además, siempre se ha sentido respaldada por la empresa y sus compañeros.
“Si yo atravieso alguna situación en la que requiera algún apoyo, siempre hay alguien que me tiende la mano”, lo que ha experimentado a lo largo de sus 17 años de historia en la compañía.
La líder de planta agrega que en CEMEX México se trabaja para poner “el piso parejo”, pues las oportunidades se otorgan a las personas por sus capacidades y preparación, independientemente de su género.
Cambio desde adentro
Gabriela destacó la relevancia que tiene la economía circular para el planeta y para CEMEX, por lo que en la planta se realiza el coprocesamiento de residuos para generar energía limpia en la fabricación de cemento, una actividad que forma parte de Futuro en Acción, el programa de CEMEX para lograr la excelencia sostenible a través de la acción climática, circularidad y gestión de los recursos naturales con el principal objetivo de convertirse en una compañía cero emisiones netas de dióxido de carbono (CO2).
Vida equilibrada
Ser líder de una planta de cemento no es tarea sencilla, sin embargo, Gabriela ha logrado un equilibrio vida-trabajo, pues la empresa le permite desarrollarse de manera integral.
“Me siento sumamente orgullosa de ser la líder de una planta que en este 2023 cumple 80 años en una de las ciudades más grandes del mundo”.