Durante los primeros meses del embarazo es cuando los bebés están más expuestos a amenazas externas que devienen en defectos congénitos. Estos problemas pueden afectar en el cuerpo de los neonatos y se dan principalmente por genética, falta de cromosomas o exposición de un feto a sustancias nocivas como medicamentos o alcohol.
Estas anomalías de nacimiento son defectos o malformaciones estructurales o funcionales apreciables en el cuerpo y llegan a condicionar el desarrollo de los recién nacidos. Se detectan regularmente en los tres meses iniciales del embarazo, aunque otras, como las deficiencias cardíacas, se descubren posterior al nacimiento, aunque algunas más no se notan hasta que el menor crece y empieza a manifestar síntomas.
En muchos países son una de las primeras causas de muerte en infantes, ya que causan otras enfermedades o derivan en discapacidades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año mueren 303,000 recién nacidos en las primeras cuatro semanas por alguna malformación o defecto congénito. Según los datos más recientes de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2021 en México se dieron al menos 1,215 muertes fetales por dichas malformaciones.
Las más comunes son las malformaciones cardíacas, de las que en México se dan de 12,000 a 16,000 cada año según datos de la Secretaría de Salud (2022). Luego está el Síndrome de Down, con casos mundiales de uno en cada 1,000 personas. En México, hubo al menos 689 casos en 2018, cifra más reciente. Y en tercer lugar se ubica el paladar hendido o labio leporino, del que se tienen registrados 124 nacidos en lo que va del 2023.
Según la OMS, algunos factores que provocan estos defectos son, en primera instancia, los genéticos, ya que siempre están latentes y se acentúan cuando los padres comparten tipo de sangre, aumentando casi al doble las posibilidades de desarrollar una malformación. También está el riesgo por la ingesta de sustancias como alcohol, cigarro o drogas durante el embarazo.
No son las únicas, ya que en casos más raros se da la falta de cromosomas o tener uno extra. Las infecciones durante la gestación también son una condicionante; prueba de ello es el zika que transmiten los mosquitos, enfermedad que, en embarazadas, afecta a los fetos y provoca alteraciones en el cerebro, como la microcefalia, es decir, cerebros particularmente pequeños.
Finalmente, está la causa por las condiciones de vida de la madre. La OMS reconoce que los factores socioeconómicos en que viven las mujeres suelen afectar al desarrollo de los fetos, toda vez que no tengan una nutrición adecuada y estén expuestas a sustancias tóxicas. En el mismo rubro, la edad es otro peligro, pues a mayor
Todo esto se pueden prevenir para que los bebés nazcan sin mayores complicaciones. Por ejemplo, la OMS recomienda que las madres se abstengan de consumir sustancias como alcohol o tabaco durante el embarazo. La nutrición se debe acompañar de un especialista para asegurarse de que la madre está alimentándose adecuadamente.
Finalmente, si las posibilidades materiales lo permiten, acudir al médico durante el embarazo para monitorear la formación de bebé ayudará a tener conocimiento de lo que pasa, de igual manera para estar al corriente de las vacunas necesarias que reduzcan los riesgos. En este sentido, se debe acudir con un profesional de la salud antes de tomar algún medicamento, ya que ellos orientan para no usar nada que comprometa la salud del feto.