Geneviève Lhermitte, la mujer de origen belga conocida por haber degollado a sus cinco hijos, falleció por eutanasia en un hospital de la región de Valonia. De acuerdo con algunos medios, ella habría solicitado y obtenido esta medida “por sufrimiento psicológico sin esperanzas”.
El 28 de febrero de 2007, Lhermitte asesinó uno a uno a sus cinco hijos en sus respectivas habitaciones. Tras degollar a los menores con un cuchillo, la mujer trató de quitarse la vida, llamó a los servicios de emergencia y dejó dos notas en la puerta de su casa con un mensaje que decía “llamar a la policía”.
Tras ser detenida, el tribunal correccional de Nivelles, localidad ubicada al sur de Bruselas, la condenó a cadena perpetua en diciembre de 2008. El caso conmocionó al país, por lo que los medios siguieron el desarrollo de la investigación y el proceso.
De acuerdo con algunos testimonios obtenidos por la fiscalía, la mujer y su marido, el marroquí Bouchaib Mokadem, no tenían muchos problemas, pero ella se sentía aislada socialmente. Cuando ocurrieron los hechos, Mokadem estaba en un viaje de negocios.
Los siquiatras que examinaron a Lhermitte consideraron que era responsable de sus acciones, a pesar de que cuando cometió los asesinatos sufría un cuadro de ansiedad aguda y depresión.
Durante el juicio, apareció una carta que la mujer había redactado a su sicólogo el día anterior a los hechos, en la que revelaba sus planes de suicidio y aseguraba que se llevaría a sus hijos con ella.
Tras esta revelación, un segundo análisis señaló que no podía ser responsable de sus actos, por lo que se recomendó internarla en una clínica siquiátrica, pero el jurado se negó y juzgó a Lhermitte como culpable de asesinato premeditado.
