Ahora es Gloria Trevi una de las figuras “canceladas” por su relación en el pasado con el productor Sergio Andrade. Usuarios en redes sociales incluso abrieron una petición en el sitio Change.org para recolectar firmas e impedir que la polémica cantante lleve a cabo sus futuras presentaciones. Esta y otras plataformas se usan constantemente para buscar cambios y concretar causas, pero, ¿realmente tienen repercusión?
El activismo en línea se ha vuelto en una opción popular entre la gente debido a que las redes sociales ofrecen alcance amplio para difundir los mensajes e información con el fin de sumar adeptos que firmen peticiones con la intención de lograr cambios sociales. Defensa de derechos humanos, ayuda en proyectos de beneficencia o luchas por el medioambiente son los móviles más suscitados en Change.org.
La plataforma funciona cuando una persona establece una petición y en automático se le asigna un número determinado de firmas. Una vez conseguido, se hace llegar al destinatario (político, empresa, etc.). En teoría, se puede declarar una victoria cuando se haya alcanzado el número de apoyos requerido; no obstante, la plataforma recomienda no celebrar hasta que el cambio sea concreto, aunque este no siempre será el deseado y estará sujeto al compromiso de los destinatarios.
Más allá del alcance que se pueda obtener, hay dudas sobre el impacto real de estas peticiones, toda vez que el ciberactivismo presenta algunas limitantes como la brecha digital. Muchas personas, incluso quienes podrían beneficiarse, no tienen acceso a internet o dispositivos electrónicos para dar cuenta de que las solicitudes sí abarcan las necesidades reales y serán de aprovechamiento.
A esto se suma que, si bien puedan conseguirse todas las firmas estipuladas, esto no quiere decir que se llevarán a cabo las acciones, puesto que hay impedimentos gubernamentales o empresas que no toman en consideración las exigencias. Otros obstáculos son la falta de movilización fuera de las pantallas y la sencilla manipulación que se da con información falsa o distorsionada, lo que resta mérito a las consignas.
Aun con esto, ha habido casos de éxito en todo el mundo y en México. En la página oficial de Change.org, el Colectivo Vacaciones Dignas anunció que ellos fueron parte del reciente logro en el aumento de vacaciones que se dio en el país, en colaboración con la senadora Patricia Mercado. El apartado fue firmado por 50,874 personas. En Puebla hubo otro escenario para cambiar la cede de un festival musical que se llevaría a cabo en el Parque Ecológico, argumentando daños a la fauna que habita el lugar. La petición fue firmada por más de 18,000 personas y se logró el cometido.
Por otra parte, estas peticiones en ocasiones se traducen en llamado a la acción directa. Tal es el caso de una petición en España que logró la movilización de personas que abogaron para que a un niño identificado como “Paquito”, se le devolviera el grado de discapacidad en Barcelona y así pudiera acceder a los servicios médicos. 216,421 personas se sumaron a la cometida y el Príncipe de Asturias le dio la victoria al menor
Aunque aún hay restricciones, no todo en el ciberactivismo se echa en saco roto, ya que sí hay cambios que no son menores y se logran con el impulso de esta plataforma. No se puede negar que hay otras peticiones que no son relevantes y manchan la reputación del sitio, como aquellas que piden el regreso de series o la realización de películas.