Una constante del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia las personas que se expresan contrarios a sus ideales es la descalificación y los ataques. Hoy, el mandatario declaró que se llegó a un acuerdo para que Tesla se instale en Nuevo León, pese a que aseguró que esto era inviable. Se trata de una empresa dirigida por Elon Musk, un multimillonario al que el mandatario podría calificar de neoliberal o de “fifí”, del mismo modo en que hace con los opositores nacionales, pero no fue así.
Después de que el propio Obrador se mostrara renuente a dar los permisos para la instalación de Tesla el estado del norte por posibles problemas de agua y ante la posibilidad de que la armadora de autos eléctricos mudara sus planes a otros países como Indonesia, una sola llamada con Musk bastó para que el mandatario cambiara de parecer en cuestión de días.
En la llamada, Elon Musk, AMLO y Samuel García, gobernador de la entidad, acordaron que la planta sí se edificará en México, lo que representa una inversión aproximada de 10,000 millones de dólares, quedándose la armadora en Monterrey. “Van bien las cosas”, fue lo que declaró el presidente en la conferencia mañanera posterior al anuncio de la inversión. Puntualizó en que se convenció de esto si la empresa paga impuestos y salarios justos a los trabajadores.
Además, aseguró que la empresa ayudará al estado en temas de abastecimiento de agua, inversión en presas y el uso de aguas tratadas para los procesos de fabricación. Aunque se negó a dar más detalles del trato, dijo que había buena relación con el empresario.
En contraste, en repetidas ocasiones cuando los ciudadanos, organizaciones de la sociedad civil mexicana o políticos fuera del partido Morena le reprochan sus prácticas y propuestas, estos no son escuchados y simplemente se les tacha de “neoliberales”, “conservadores”, o “fifís”. Como ejemplo están las marchas en todo el país, en las que la sociedad se expresó en contra del “Plan B” de las reformas electorales propuestas por el presidente.
Como es costumbre, el jefe de Ejecutivo se limitó a usar el espacio de la mañanera del día siguiente para exhibir a los asistentes, oradores y desestimar la marcha, criticando a la mayoría de pertenecer a bloques conservadores que solo quieren seguir con privilegios. Algunos de estos, empresarios nacionales y políticos que se han pronunciado en contra de la 4T.
El lunes temprano, AMLO minimizó la marcha en defensa del INE y dijo que no hubo una cantidad importante de gente, afirmando que “les falta mover más gente”. También despreció la presencia ciudadana, pues informó que a la convocatoria solo respondieron entre 80,000 a 100,000 personas, aunque las estimaciones de los organizadores arrojaron más de 500,000.
En más de una ocasión, el presidente no ha dado apertura a escuchar a quienes no están de acuerdo con él y ahora dejó ver que su opinión cambia con personajes multimillonarios y “neoliberales” como Elon Musk, que con los cientos de miles de mexicanos que se han manifestado varias veces a lo largo del país.