¿Cuándo y por qué los policías pueden disparar sus armas?

¿Cuándo y por qué los policías pueden disparar sus armas?

Foto: Enfoque

El abuso policial, abuso de autoridad o el llamado uso excesivo de la fuerza son términos muy comunes para señalar a algún elemento de una corporación de seguridad pública que haya incurrido en una violación a sus funciones y se haya extralimitado al momento de detener a alguien que ha cometido una infracción a la ley.

 

Estos señalamientos pueden generar polémica debido a que algunas personas consideran que el abuso de autoridad o uso excesivo de la fuerza prácticamente impide a los policías poder detener a los delincuentes y que sus armas se vuelvan un simple ornamento.

 

Pero resulta que en México está ampliamente regulado este aspecto a través de la Ley Nacional Sobre el Uso de la Fuerza, la cual fue expedida en 2019 y establece los parámetros permitidos para la aplicación del uso de la fuerza tanto para los policías Estatales, Municipales, Ejército y cualquier fuerza del orden civil.

 

Tipos de uso de fuerza

 

Lo primero que hay que señalar es que en México está graduado el impacto del uso de la fuerza en las personas, el cual va desde la persuasión, que es el nivel más bajo y al que se puede llegar a través de las palabras, hasta la muerte, que es la aplicación de la fuerza letal como una acción excepcional.

 

Otros niveles de uso de la fuerza son la lesión grave, en la que se contemplan aquellos casos en los que se aplique la fuerza y se cause una lesión con la finalidad de proteger la integridad de la autoridad o de otras personas; también está la inmovilización en la que se puede utilizar la fuerza para restringir la movilidad de las personas, por ejemplo, cuando se colocan las esposas.

 

El uso de la fuerza que causa la muerte está considerado como un nivel excepcional, por lo que solamente se puede llegar a él ante amenazas letales inminentes, las cuales también están catalogadas en esta ley.

 

De acuerdo con el Artículo 7 de la Ley Nacional Sobre el Uso de la Fuerza, se consideran amenazas letales cuando alguien apunta con el cañón de un arma de fuego y cuando alguien se niega a soltar un arma de fuego pese a que ya se le hizo una advertencia

 

¿Cuándo puede disparar un policía?

 

Es en estos casos cuando un elemento de la policía puede hacer uso de su arma o cualquier otro tipo de herramienta dispuesta para inmovilizar a una persona, pero además debe de cumplir con ciertos parámetros establecidos en el Artículo 12 de esta ley.

 

Por ejemplo, un policía solamente puede recurrir al uso de la fuerza cuando existe una amenaza real, que quiere decir que la agresión se materializa y es latente y no deriva de un hecho posible, hipotético o imaginario.

 

También debe de cumplir con el principio de actualidad, es decir, que la agresión se presenta en el momento del hecho, no con anterioridad ni con posterioridad; en pocas palabras el policía debe de responder a una amenaza real justo en el momento y no una calle después o tras una persecución.

 

También debe de acreditarse que la amenaza es inminente, es decir, que la agresión está próxima a ocurrir y que en caso de que el policía no actúe, esta se consumaría, situación que contraviene un poco con la vieja teoría de que el policía debe de disparar después de una agresión, lo que no siempre aplica, aunque siempre será la más recomendable.

 

¿Existe una sanción?

 

Como se indicó en un principio, el uso de la fuerza letal, que sería el recurrir a un arma de fuego por parte de un policía, solamente se debe de emplear en caso de que haya una amenaza latente del mismo nivel, es decir, que la persona sospechosa debe de estar igualmente armada o representar un riesgo mortal para el agente o para la ciudadanía.

 

Por ejemplo, un uso excesivo de la fuerza sería dispararle a alguien que busca atacar con un palo de madera, pues si bien esta herramienta puede causar un daño, difícilmente será letal al primer golpe.

 

El Artículo 43 de la Ley Nacional del Uso de la Fuerza establece que cualquier elemento de alguna corporación de seguridad pública que viole alguno de los términos establecidos en dicha ley, se hará acreedor a las sanciones que ya están dispuestas en los ordenamientos civiles, penales y administrativos.

 

Esto quiere decir que si un policía excede sus atribuciones y priva de la vida a una persona que estaba en evidente desventaja, podría hacerse acreedor a cargos por el delito de homicidio que se encuentran establecidos en el Código Penal de la mayoría de las entidades.

 

Lo mismo ocurre si le provoca alguna lesión o algún daño irreparable, situación que será evaluada por un agente del ministerio público del fuero común para ser puesto a disposición de un juzgado que se encargará de terminar su situación legal.

 

La polémica

 

Existen muchos casos donde la presión social puede llegar a ser determinante para justificar o no el uso excesivo de la fuerza, por ejemplo, cuando un policía tiene a la vista algún delincuente pero este se niega a detenerse y la única forma de hacerlo es dispararle.

 

En fechas recientes se han dado algunas situaciones en las cuales los policías terminan siendo sancionados por homicidio o lesiones debido a que dispararon contra civiles en una persecución, ya que estos últimos no iban armados de forma equivalente a los policías.

 

Aquí entra también la polémica pues algunas personas consideran que los policías simplemente deben de actuar ante un hecho notorio y no pueden determinar la culpabilidad de una persona de un delito ya que eso corresponde a otras instancias, por lo que técnicamente deben de priorizar la presunción de inocencia y se vuelven simples espectadores.

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