El presidente Andrés Manuel López Obrador publicó imágenes de la supervisión de obras en el Tren Maya y en una de ellas se podía apreciar a un supuesto “aluxe”. Pese a que la imagen resultó falsa y tomada de otros lugares donde incluso se le señalaba de ser una bruja, poco se sabe de estos seres míticos y su origen.
En sus redes sociales, el mandatario exhibió esta foto que supuestamente capturó un ingeniero que labora en el tren, junto a ella, otra de una escultura prehispánica de Ek Balam. La primera llamó más la atención por tratarse de una criatura tan peculiar.
Su nombre en maya es “Alux” o “Alux’Ob”, y una teoría de su origen está relacionada un poco antes de la creación humana por dioses que dejaron a otras criaturas incompletas y de menor tamaño. Supuestamente estas deidades las condenador a vivir para siempre en el cielo y a no mostrarse durante el día, ya que el sol los podía transformar en piedra. Eran seres divinos, aunque no al grado de quienes los hicieron, pero se dice que estuvieron presentes en la Tierra antes que la humanidad.
Cuenta la leyenda que, llegada la noche, los aluxes escaparon y les fue imposible regresar a su morada, por lo que permanecieron en la Tierra.
Otra idea de su origen es que representan los espíritus de los niños y menores que murieron en territorio Maya durante la época de la conquista. El final de su vida, tan trágico y violento, sumado a la usurpación de las tierras sagradas a manos de los españoles, hizo que sus almas no pudieran descansar en paz, por lo que ahora supuestamente vagan entre bosques y selvas.
De una u otra forma, son considerados como “duendes mayas” por su fama de hacer travesuras con las personas que se acercan a ellos, principalmente viajeros. Según los mitos mayas, son pequeños duendes o elfos que habitan en lugares naturales como selvas o bosques. Si bien, se cree que tienen la habilidad de ser invisibles frente a los humanos, se les ha descrito como seres con estatura de niños y facciones como las de un anciano.
Sus lugares de concurrencia no se limitan al territorio mexicano y se cree que también están presentes en países como Guatemala, Belice y El Salvador.
¿Por qué hacen estas travesuras? Para entrar en territorios sagrados, como en los que ellos residen, primero se debe pedir permiso a estos seres. De no hacerlo así, empezarán con su cometido de incomodar a los invasores, primero haciéndose presentes con chiflidos mientas permanecen ocultos y luego con agresiones físicas como lanzarles piedras. Por el contrario, si se les deja una ofrenda para pedirles la concesión de entrar a su territorio, se asumirán como protectores de los viajeros y visitantes. Aún con esto, levantarles la voz es considerada una ofensa, por lo que se mostrarán enojados.
Su presencia va más allá de estos comportamientos de bromas y jugadas, pues también fungen como protectores de los pueblos y los territorios naturales en los que viven. Se cree que ayudan en el crecimiento de cosechas, y si se construye una casa en sus territorios, ellos la cuidarán por un tiempo de siete años por las noches. Pasado este tiempo se debe sellar la casa para que permanezcan dentro y decidan si continúan con el cuidado del hogar, también para que no se tornen en contra tuya.
Siempre que se transiten lugares que antiguamente fueron mayas, se recomienda ser respetuoso para que no muestren su ira. No siempre están cerca de donde hay gente, ya que supuestamente también se les puede escuchar chiflando cerca de cenotes o grutas.