Se registra el tercer caso en el mundo de curación de una persona con virus de inmunodeficiencia humana (VIH), tras un trasplante de células madre para tratar una leucemia, según la revista Nature Medicine. El llamado paciente de Düsseldorf suspendió de forma supervisada la toma de antirretrovirales tras el trasplante en 2018 y, después de cuatro años, permanece sin el virus en el organismo, señalan.
Durante años, la terapia antirretroviral (TARV) ha permitido a las personas con VIH reducir el virus a niveles indetectables y evitar la transmisión a otras personas. Pese a este logro, el sistema inmunitario mantiene el virus encerrado en reservorios dentro del cuerpo y, si una persona suspende la TARV, el virus puede volver a replicarse. Actualmente, la comunidad científica trabaja para encontrar una cura completa, que permita eliminar estos reservorios, lo cual ocurrió en el caso del paciente de Düsseldorf, de acuerdo con la revista.
El trasplante de células madre involucrado en el caso del paciente de Düsseldorf se utilizó por primera vez en el paciente de Berlín, para tratar una leucemia mieloide aguda. Dicho individuo se sometió a un trasplante de médula ósea, en el que se destruyeron tales células y se reemplazaron con células madre de un donante sano.
Para este procedimiento se seleccionó a un donante con una mutación genética que inhibe una proteína utilizada por el VIH para ingresar a las células inmunitarias. Esto hace a las células efectivamente resistentes al virus y permitió al trasplantado suspender su TARV y permanecer libre de VIH hasta su fallecimiento en 2020. Según Nature Medicine, este fue también el caso del paciente de Londres, de quien se anunció su curación en 2019.
Este hecho "muestra que no es imposible, simplemente es muy difícil eliminar el VIH del cuerpo", comentó la viróloga Björn-Erik Jensen, una de los tratantes del paciente de Düsseldorf. Al respecto, Nature Medicine enfatizó que es poco probable implementar este trasplante de médula ósea y células madre en personas que no tienen leucemia. Esto por el alto riesgo asociado al procedimiento, particularmente por la posibilidad de un rechazo de la médula del donante.