Aunque la empresa de automóviles eléctricos Tesla aún no ha concretado la instalación de una de sus plantas en México, el gobierno de Nuevo León y el presidente Andrés Manuel López Obrador se han empeñado en pelear por el lugar donde debe de ser instalada, sin importarles que esta polémica podría ahuyentar esta millonaria inversión.
Fue ayer cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo durante su conferencia de prensa que Tesla debería evaluar el sureste del país como una opción para la instalación de su planta, pues ahí no hay carencia de agua como en Nuevo León.
Este martes, la Secretaría de Economía de Nuevo León le respondió al presidente y dijo que el estado está trabajando permanentemente para el fortalecimiento del sistema hídrico, además de que la entidad cuenta con el agua suficiente para recibir esta y otras inversiones.
Esta disputa por la instalación de la planta de Tesla nos recuerda a otro acontecimiento vergonzoso que provocó que Volkswagen dejara de invertir en Puebla por 12 años e incluso llevará su planta de motores hasta Guanajuato, todo gracias a la cerrazón por parte del gobierno estatal encabezado entonces por Mario Marín Torres.
Todo inició en 2010, cuando la Volkswagen anunció que instalaría en México una planta de motores para su múltiple gama de automóviles que ya se ensamblaban en Puebla.
De inmediato, todos los sectores supusieron que VW tomaría la decisión de instalar su nueva división en Puebla, incluso ocupando parte del gran terreno que ya tiene en el municipio de Cuautlancingo.
El gobierno estatal de Mario Marín Torres tuvo que haber sido el encargado de afianzar con la empresa la instalación en Puebla, pero en ese momento hubo múltiples factores que terminaron por entorpecer las negociaciones y que tendrían un final desafortunado para Puebla.
En ese momento, Mario Marín Torres ya se preparaba para la conclusión de su fallida gestión como gobernador, marcada por el escándalo con la periodista Lydia Cacho, múltiples señalamientos de corrupción y la débil estructura de su partido que dificultaría la permanencia del PRI en el gobierno del estado.
Esta suma de situaciones hicieron que Mario Marín Torres y su gabinete minimizaran las negociaciones con Volkswagen y entorpecieron que la empresa instalara su planta de motores aquí, por lo que rápidamente otros estados comenzaron a coquetear con la empresa alemana.
Con una inversión anual de aproximadamente 300 millones de dólares y la generación de hasta 1,200 empleos directos, estados como Morelos y Guanajuato comenzaron a ofrecer a Volkswagen todas las facilidades para instalar en sus territorios su nueva planta.
Fue entonces que Volkswagen de México decidió, en enero del 2011, anunciar que Guanajuato sería la sede de su nueva planta de motores, situación que representaría un duro golpe para Puebla y su inversión, pues por décadas el gigante alemán ha sido el motor de la economía en el estado.
Posteriormente, se supo que además de la mala gestión del gobierno estatal para darle garantías a Volkswagen de continuar en Puebla, la empresa alemana evaluó otros aspectos como las condiciones sindicales y la oportunidad de crecimiento, situación por la cual Guanajuato se les hizo más atractiva.
¿Acaso sucederá lo mismo con Tesla y AMLO?