Investigadores de la Universidad de Cambridge, Reino Unido revelaron que la huella de carbono producida por fertilizantes se podrá reducir en un 80 % en 2050. Los científicos agregaron que, en la actualidad, estos productos son los responsables del 5 % de las emisiones totales de gases efecto invernadero a nivel global.
A través de un artículo publicado en la revista científica Nature, los expertos detallaron que dos tercios de las emisiones de los fertilizantes se producen después de ser esparcidos por los campos. Aunado a ello, un tercio de los gases efecto invernadero provienen directamente de los procesos de su producción y almacenamiento.
El doctor y principal autor de la investigación André Cabrera Serrenho afirmó que no se sabe con exactitud cuántas sustancias químicas producen los fertilizantes a nivel mundial. Adicionalmente, no existen datos concretos de dónde y cómo se acumulan, ni cuántas emisiones y desechos producen al año.
Por su parte, el coautor del estudio, Yunho Gao informó que para reducir las emisiones de CO2 en fertilizantes es importante identificar cada uno de los productos químicos. Posteriormente, analizar el ciclo de vida de los productos para tener una proyección exacta de cuáles son los elementos más dañinos a fin de eliminarlos primero.
Según el informe, ambos especialistas emprendieron este proyecto para medir el impacto total de los fertilizantes cuyo origen está en la industria petroquímica. "De todos los productos fabricados por la industria petroquímica, el 74% está compuesto por plásticos o este tipo de abono", precisó Yunho Gao.
Tras ello, el grupo de investigadores liderados por Serrenho y Gao mapearon los flujos globales de estiércol y fertilizantes sintéticos y sus emisiones con datos iniciales de 2019 hasta la fecha. Una vez obtenidos los datos, compararon los resultados sobre la producción y el consumo de fertilizantes nitrogenados y los factores regionales en nueve países.
Después de esta primera etapa, los expertos descubrieron que, a diferencia de otros productos, la mayoría de las emisiones de fertilizantes no ocurren durante la producción, sino en el uso. "Si se implementan las soluciones de una forma precisa, los gases efecto invernadero producidos por abono podrían reducirse hasta en un 80 %", explicó Cabrera Serrenho.
Adicionalmente, los científicos observaron los químicos que componen el abono y llegaron a la conclusión de que varios compuestos nocivos para el medio ambiente pueden ser sustituidos. Por ejemplo, la urea puede ser reemplazada por nitrato de amonio, ello reduciría hasta un 30% los gases efecto invernadero, además puede ser benéfico para descarbonizar la industria de fertilizantes.
Para los investigadores de la Universidad de Cambridge, se necesita una combinación de soluciones tecnológicas y políticas escalables para reducir las emisiones de CO2 de fertilizantes. Por tal motivo, siguen trabajando en conjunto con otras instituciones a fin de lograr un proceso más rápido y significativo en la reducción de emisiones CO2 ocasionadas por el abono.