Una de las aristas de la reforma en materia de energía del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido que la disposición y explotación del litio sea exclusiva del estado mexicano. En días recientes, el mandatario firmó un decreto con el que se reservaron miles de hectáreas en las que se puede encontrar este elemento.
El 17 de abril del 2022, la reforma eléctrica del mandatario, que pretendía poner más de 50 % de la generación de energía en manos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), fue rechazada por la Cámara de Diputados al no obtener la mayoría calificada; no obstante, las modificaciones propuestas por el Jefe del Ejecutivo a la Ley Minera sí obtuvieron la aprobación de Morena y aliados, ya que solo requirió mayoría simple, con lo que se declaró que el litio es “de utilidad pública”, restringiendo las concesiones posteriores a empresas privadas que pretendían explotar dicho elemento.
Ahora, casi un año después de las modificaciones citadas, AMLO firmó un decreto en que se designaron 234,855 hectáreas como áreas de reserva en el municipio de Bacadéhuachi, Sonora. Se calcula que en esta entidad está uno de los yacimientos de litio más grandes del mundo, con un aproximado de 243 millones de toneladas.
Con este decreto, el mandatario señaló que empresas canadienses, estadounidenses, chinas o rusas, no tendrán participación en la extracción del denominado “oro blanco”, añadiendo que este pertenece a la nación.
Sus principales beneficios se presentan de cara al futuro, ya que el litio se considera uno de los elementos estratégicos para el desarrollo de energías limpias y sostenibles, parte importante de la llamada “Transición Energética”. Es materia prima indispensable en la fabricación de baterías para autos eléctricos. En este rubro, recientemente se anunció una inversión de 865 millones de dólares para una planta que los fabrique en San Luis Potosí a partir de 2027.
Su importancia radica en las grandes concentraciones de energía que permite en dispositivos de menor tamaño por lapsos de tiempo más prolongados. Celulares, pilas de uso cotidiano y otros artefactos electrónicos son parte de la gama de oportunidades.
Previamente, López Obrador señaló que con este material se podrá abrir una línea comercial con Estados Unidos para la industria de automóviles eléctricos y para microchips en Arizona, ya que hay planes para la construcción de una fábrica en aquel estado de EU. Este último sector también es clave para la elaboración de artículos de uso cotidiano como cámaras, celulares, televisores y hornos de microondas. Así, Norteamérica dejaría la dependencia en semiconductores provenientes de Asia.
En lo económico, el potencial que se ve en la cadena de valor completa de litio, por las provisiones de Sonora, está calculado en 12 billones de pesos, esto de acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica 2023 de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Según el documento publicado el 8 de septiembre de 2022, la cantidad equivale a más de un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) ese año. Esto abonaría, en el mediano plazo, 0.3 puntos porcentuales del PIB.
Su disposición estará a cargo del organismo estatal Litio Para México (LitioMx), que estará adscrito a la Secretaría de Energía y operará con autonomía e independencia técnica.
Los contratiempos para empezar con esta industria son las formas en que se extraerá del subsuelo, puesto que en México aún no se cuenta con la tecnología necesaria para sacarlo ni separarlo de las cuencas en que se halla. A diferencia de países como Bolivia, el litio mexicano no está en saleras, lo que dificulta más su extracción.