Por nuestra condición de seres sociales, los procesos de amistad son de índole sicológica y social, siendo originados como primera instancia en el núcleo familiar, pues es aquí donde nos desenvolvemos con mayor fluidez, así lo explicó Dulce María Pérez Torres, investigadora de la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP).
En conferencia de prensa titulada “La amistad, ¿un concepto devaluado?”, la docente explicó que en nuestra vida no es raro que los primeros lazos de amistad se forjen sean con padres o hermanos por el imperativo de “complicidad” de otras personas.
Las relaciones que decidimos emprender tienen como motivo el reflejo que vemos de nosotros en la demás gente, por lo que es necesario que la amistad sea mutua. “Ambos se consideran amigos, para otros seremos solo conocidos, nos aprecian, pero hasta ahí”, detalló la investigadora.
Según declaró Dulce María, de acuerdo a lo establecido por la pirámide de Maslow, la segunda necesidad del ser humano está encaminado por la necesidad de seguridad, algo clave en los nexos de amistad. A su criterio, una amistad debe generar sentimientos de confort y placer; por el contrario, si se generan emociones de hostilidad, esto puede resultar en un lazo nocivo.
La amistad deviene en dos conceptos, el cariño y el amor. Cariño cuando una persona abona a nuestro crecimiento persona y formación humana. Amor cuando la sabemos incondicional y duradera con los años.
Vejez no es motivo para dejar de formar vínculos de amistad
En otro orden de ideas, la investigadora enfatizó en que la etapa de mayor edad en una persona no debe representar un impedimento para que los adultos mayores dejen de formar vínculos con otras personas, ya sea de su generación u otras.
Argumentó que, cuando una persona llega a la vejez, con la disposición de nuevas tecnologías que permiten la conectividad con más individuos de su misma generación. Aquí resaltó el rol de la familia como un soporte que contribuya a que las personas de mayor edad tengan esa posibilidad de conexión a pesar de la distancia física.
“La vejez puede ser un estado de desesperanza o un estado de integración, y que mejor que integrarte en la última etapa de tu vida”.
Nuevas vías de comunicación, nuevas dinámicas
Finalmente, declaró que en la actualidad, gracias a las nuevas plataformas y dispositivos para entablar conexión con otras personas, las amistades se dan incluso a distancia, ya que no es necesario que dos amigos estén en cercanía física para formar un vínculo.
A su ver, estas formas de comunicación dan pie al distanciamiento, pero que aún permite la generación de relaciones.