La Iglesia anglicana informó que atiende la solicitud de sacerdotes de referirse a Dios con términos de género neutro, en vez de asociar a la divinidad con el género masculino.
La institución religiosa dio a conocer que podría lanzar en la primavera boreal una nueva comisión que se encargue de ese aspecto, considerando que toda modificación a las referencias habituales tendrá que ser aprobada por el cuerpo de toma de decisiones de la Iglesia, conocido como sínodo.
El obispo de Lichfield, Michael Ipgrave, quien también es el segundo a cargo de la comisión litúrgica que atiende el asunto, advirtió que la Iglesia lleva varios años "explorando el uso del lenguaje de género en relación con Dios".
"Un nuevo proyecto coordinado de lenguaje de género comenzará esta primavera. En paralelo con otros cambios potenciales para las cláusulas litúrgicas autorizadas, cambiar la formulación y número de formas autorizadas de absolución requeriría un proceso pleno sinodal de aprobación", explicó el religioso, de acuerdo con la prensa británica.
La situación genera incertidumbre sobre qué enunciaciones se usarían para sustituir voces como el Padre Nuestro o el Señor, habituales en la enunciación cristiana.
En tanto, religiosos conservadores han rechazado los posibles cambios hacia un lenguaje de género neutro. El reverendo Ian Paul, por ejemplo, declaró a The Telegraph que esa modificación significaría abandonar la propia doctrina eclesiástica.
"El hecho de que Dios sea llamado Padre no puede sustituirse por Madre sin cambiar el significado, tampoco puede ser neutralizado su género en Progenitor sin pérdida de sentido", estimó.
En tanto, un vocero de la Iglesia de Inglaterra citado por The Guardian sostuvo que el asunto no es nuevo, pues los cristianos han reconocido desde tiempos antiguos que Dios no es hombre ni mujer. Sin embargo, las variaciones con que se describe a la divinidad en la escritura no siempre se reflejan en los ritos adoratorios.
"Ha habido un interés mayor en explorar un nuevo lenguaje desde la introducción de nuestras actuales formas de servicio en el lenguaje contemporáneo, hace más de 20 años", apuntó.
"No hay plan alguno de abolir o corregir sustancialmente las liturgias autorizadas actualmente, y no se podría hacer ningún plan de ese tipo sin legislación extensiva", abundó.