Rentar o comprar un auto, ¿qué es más conveniente?

Rentar o comprar un auto, ¿qué es más conveniente?

Foto: Pexels

Adquirir un auto nuevo puede ser una inversión atractiva, aunque suele representar un gran esfuerzo económico, por ello hay alternativas como el arrendamiento o leasing, una forma de financiar un vehículo que supone una baja mensualidad, no requiere enganche y permite deducir los gastos que deriven de su renta y uso.

 

El arrendamiento o leasing permite hacer uso de un vehículo pagando una renta por un tiempo determinado y, al final del contrato, el cliente tiene la opción de devolverlo y arrendar uno nuevo, comprarlo o extender sus rentas para seguir utilizando el mismo.

 

La opción de adquirir un auto nuevo de agencia bajo la modalidad de arrendamiento permite deshacerse de ciertas obligaciones, dando puntos de ventaja frente a la compra de un modelo nuevo. Por ejemplo, al rentar como cliente no absorbes la depreciación del 25 al 30 % que sufre un vehículo al salir de la agencia.

 

 

Tu capital no se ve afectado ya que solo tendrás el auto bajo un determinado lapso que se acuerda antes de la firma del contrato. Mediante esta opción, las personas físicas con actividad empresarial, por honorarios y arrendamiento pueden deducir hasta 6,000 pesos mensuales de la renta del vehículo.

 

De acuerdo con lo establecido en el artículo 28 fracción XIII de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR): serán deducibles los gastos por arrendamiento de un auto por un monto que no exceda de 200 pesos diarios o 285 para autos eléctricos. Mientras el artículo 27 del mismo documento dice que si se trata de deducir los gastos en gasolina, estos deberán estar justificados por un comprobante fiscal digital (factura electrónica) y tendrán que haber sido pagados con transferencia electrónica, cheque, tarjeta de crédito, de débito, servicios o monederos electrónicos.

 

Para que el Servicios de Administración Tributaria (SAT) haga deducible el gasto, el contribuyente deberá usar el auto estrictamente para llevar a cabo su actividad profesional, es decir que no aceptarán que factures la gasolina por motivos personales.

 

Otro de los beneficios del leasing en comparación a un crédito normal es que no se paga enganche, pues ese monto se suple por una renta de depósito más la primera renta del auto, aunque hay agencias que pueden solicitarte el 10 % del valor del coche.

 

 

De esta manera, la tasa de interés de entre 8 y 14 %, que suelen dar bancos o financieras no existe y se ve reemplazada por un monto fijo a pagar mensualmente en el que ya están implícitas las comisiones, el seguro y el costo del financiamiento.

 

Al finalizar tu contrato, puedes tener la opción de renovar o comprar el auto que tuviste arrendado, esto puede ser un arma de doble filo si no se toman en cuenta ciertos aspectos como el valor residual, que es el valor esperado del vehículo al final del contrato de alquiler.

 

Y es que para saber si la compra vale la pena o no, primero debe compararse el valor residual del auto con su verdadero valor en el mercado, si el precio de compra del auto es inferior al valor real de mercado, puedes obtener una ganancia de la compra, aunque el concesionario podría añadir comisiones, que también se convienen antes de la firma del contrato, así que es mejor asegurarse que tras estas comisiones el valor siga siendo inferior al estipulado en el mercado.

 

Este tipo de compras representan un ahorro para las financiadoras, pues evitan los gastos de envío y de subasta, por ello hay otros contratos que incluyen autos cuidados a buen precio, además de que algunos concesionarios ofrecen financiamiento de compra de leasing.

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