Extorsión telefónica, delito vigente y en constante evolución

Extorsión telefónica, delito vigente y en constante evolución

Foto: Enfoque

La extorsión telefónica es un delito que ha logrado sortear los avances tecnológicos en las telecomunicaciones para seguir captando víctimas, pues sus tretas han tenido que irse adaptando para lograr su cometido.

 

Aunque muchos trucos de la extorsión telefónica siguen vigentes, como el famoso secuestro de un familiar, lo cierto es que las bandas ahora emplean nuevos discursos para infundir miedo.

 

Durante todo el 2022 la Fiscalía General del Estado inició 126 carpetas de investigación por el delito de extorsión, aunque aquí no solamente se incluyen los casos denunciados de extorsión telefónica, sino también los de las demás variantes.

 

 

La incidencia es relativamente baja si tomamos en cuenta que hay estimaciones de que diariamente se llevan a cabo entre 300 y 500 llamadas de extorsión tan solo en el estado de Puebla, pero la mayoría de estos casos no se denuncian.

 

Por increíble que parezca, las extorsiones telefónicas continúan dando resultados, a pesar de que todos los teléfonos celulares ya cuentan con identificador de llamadas y de que hay múltiples campañas para alertar sobre este delito.

 

La intimidación es la base del éxito en este tipo de engaños, actualmente los delincuentes utilizan al crimen organizado para infundir temor en sus víctimas, siendo este tipo de artimaña una de las más efectivas para tratar de intimidar a la gente.

 

Uno de los modos operandi más comunes es la extorsión telefónica con amenazas de cobro de piso, donde los criminales utilizan los números de contacto que algunos negocios colocan afuera de sus establecimientos para poder hacer las llamadas.

 

 

Generalmente, los extorsionadores dicen pertenecer a un grupo del crimen organizado para atemorizar a sus víctimas, diciéndoles que si no pagan determinada cantidad de dinero les podrían causar daño, a ellos o a sus negocios, por lo que muchos comerciantes acceden a este tipo de amenazas.

 

La situación de violencia en el país es una de las principales causas por las cuales estos grupos delictivos pueden causar tanto temor a las personas, situación que es aprovechada por estos delincuentes que operan de forma muy estructurada, tanto afuera como adentro de las cárceles.

 

Hoy en día se tienen casos documentados donde los extorsionadores llevan a cabo sus actividades dentro de las cárceles a través de teléfonos desechables por los cuales pagan una considerable renta.

 

Pero esta práctica también se comete fuera de prisión y es por la falta de denuncia que muchas veces no se investiga como debería, pues muy pocas veces se logra detener a los responsables.

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