El término “habitación de la depresión” se ha vuelto popular en redes sociales al evidenciar el desarreglo acumulado de las personas; sin embargo, expertos han señalado que hay una relación entre el desorden y las crisis de salud mental que alguien puede padecer.
La pérdida de rutinas, como puede ser la falta de higiene o bien la desmotivación o dejadez, que se podría traducir en el desorden de tu habitación, no siempre son resultado de la flojera, ya pueden ser un síntoma más del estado depresivo.
Muchas cosas nos pueden provocar ansiedad y sentimiento de depresión, algunas de ellas están fuera de nuestro control, pero otras, como tener una casa ordenada, no hacen posible generar un cambio en nuestras vidas para evitar sentimientos negativos de agobio, estrés y vergüenza.
Aunque ordenar no curará la depresión, ayudará a mejorar el estado de ánimo. Una estrategia popular para mantener las cosas en su lugar es conocida como: “ordenar cinco cosas”. Esta técnica consiste en la idea de que solo hay cinco cosas en cualquier habitación: basura, platos, ropa sucia, cosas con un lugar y cosas sin un lugar específico. De esta manera, el concentrarse en una categoría a la vez evita que la limpieza se sienta abrumadora.
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Al igual que las “habitaciones de la depresión”, la “acumulación de objetos” (doom piles, en inglés) se ha popularizado en las redes sociales. Esta práctica describe las cosas aleatorias que se acumulan y con las que no sabes qué hacer.
Este tipo de casos suele verse en personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), autismo u otros trastornos de las funciones ejecutivas, ya que suelen tener una lucha contra el exceso de desorden.
De acuerdo con N. Brad Schmidt, profesor de investigación en psicología de la Universidad Estatal de Florida, el culpable de este tipo de crisis de salud mental es el cansancio extremo. “Simplemente no tienen la capacidad, que quizá tenían antes, para dedicarse a la limpieza y al mantenimiento de la casa”, asegura.
Por tal motivo, se debería intentar buscar un equilibrio entre el cumplimiento de los hábitos básicos saludables, sin presiones, exigencias y castigos, aunque a veces resulte difícil poner esto en práctica, pero será beneficioso que este espacio sea un ambiente agradable y confortable.
Ya que cuentes con un espacio que esté limpio y ordenado, puedes intentar dedicar unos minutos al día para mantenerlo así. Expertos recomiendan programar un temporizador para cinco o diez minutos y ocuparte de todo lo que puedas durante ese tiempo.
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