Un grupo de virólogos chinos ha desarrollado una técnica que permite almacenar vacunas contra la COVID-19 basadas en ARNm a temperatura normal durante más de medio año.
La mayoría de las vacunas actuales de ARNm (ARN mensajero) debe conservarse a entre 20 y 70 grados centígrados bajo cero debido a su deficiente estabilidad, lo que restringe su disponibilidad.
El estudio, publicado esta semana en la revista Cell Discovery, ha demostrado que un tipo de vacuna de nanopartículas lipídicas liofilizadas, preparada mediante una técnica de liofilización optimizada con un control preciso de la temperatura y un menor contenido de agua residual, puede permanecer fisioquímicamente estable a 25 grados centígrados durante más de seis meses, al tiempo que es capaz de provocar una potente inmunidad humoral y celular en ratones, conejos o macacos rhesus.
En cuanto a las pruebas en humanos, la administración de la vacuna liofilizada de ARNm contra la variante ómicron como inyección de refuerzo también generó una fuerte inmunidad, ya que se observó que los títulos de anticuerpos neutralizantes contra múltiples subvariantes de ómicron aumentaron al menos 253 veces tras una inoculación de refuerzo después de dos dosis de vacunas inactivadas comerciales, de acuerdo con el artículo.
Según los investigadores, esta técnica supera la inestabilidad de las vacunas de ARNm sin afectar su bioactividad, y además mejora notablemente su accesibilidad, sobre todo en regiones remotas.