Basura en las calles, vehículos contaminando, ríos insalubres y mala calidad en el aire son algunos de los fenómenos cotidianos que demuestran que la sociedad, consciente o inconscientemente, no lleva a cabo los preceptos básicos de la educación ambiental.
Cada 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, con la finalidad de que las personas conozcan la importancia de preservar el medio ambiente e incentivar la participación en las iniciativas públicas para su conservación.
Actualmente, la educación ambiental es un tema que se incluye en los programas educativos de algunas escuelas y también se lleva a cabo una importante difusión en medios tradicionales y digitales, de ahí que muchas personas sean conscientes de este término.
Letreros que invitan a las personas a tirar la basura en los depósitos destinados para ello, llamados constantes a la gente para no tirar desechos en los ríos, así como el mismo programa de verificación vehicular que busca reducir la emisión de gases contaminantes, son parte de los constantes llamados a la sociedad para cuidar el medio ambiente.
Pero en la realidad, vemos que para muchas personas este tipo de llamados pasan de largo y continúan con malas prácticas que van desde lo más pequeño, como puede ser tirar basura en la calle, hasta grandes escalas por parte de las industrias que siguen arrojando sustancias tóxicas en drenajes y cauces de agua.
El Día Mundial de la Educación Ambiental también tiene como fin mostrarles a las personas la importancia que tiene el medioambiente para su desarrollo personal y social, enfatizando que la vida de los humanos no sería posible sin un medio ambiente sano.
También se busca incentivar a los gobiernos para la generación de estadísticas sobre diversos aspectos medioambientales que faciliten la toma de decisiones y permitan a las organizaciones de la sociedad civil conocer el estado en el cual está nuestro entorno.
A nivel macro, también se busca que los gobiernos generen iniciativas públicas que permitan a sus gobernados asimilar de mejor manera la educación ambiental y que se traduzca en prácticas comunes que las personas puedan adaptar de forma fácil para llevarlas a cabo.
De nada sirve que las personas sepan que está mal tirar la basura si continúan haciéndolo, pero un punto importante es tomar en cuenta si en las ciudades se tienen los botes de basura suficientes para abastecer a la población.
Las empresas también se dicen conscientes del mal que provocan los contaminantes en los ríos, pero mientras las autoridades no sancionen a las que contaminan, difícilmente el sector empresarial tomará cartas en el asunto para darle solución a esta problemática.
Si bien no todo se soluciona con sanciones, también es necesario generar políticas públicas que permitan a los niños conocer los efectos que tiene no cuidar del medio ambiente, con la finalidad de que las nuevas generaciones puedan adoptar mejores prácticas en beneficio del planeta.