Con el avance de las tecnologías y el acceso a internet, es cada vez más común que los menores estén más inmersos en ellas por su sencilla utilización. Esto viene acompañado de algunos riesgos relacionados con la seguridad de datos, conductas perjudiciales o la entrada a todo tipo de contenidos sin supervisión.
Por cuestiones de aprendizaje, trabajo o entretenimiento, este tipo de tecnologías se han convertido en parte esencial del estilo de vida contemporáneo, principalmente en las urbes. Esto implica que los más chicos del hogar también adoptan estas herramientas, dándoles cualquier tipo de uso.
En México, los infantes de seis a 11 años han incrementado su uso y conexión a internet en 20.3 puntos porcentuales de 2017 a 2021, traducido en 23 millones de usuarios. El principal motivo es el entretenimiento y la vía número uno es el celular, esto según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Organizaciones como la Unicef, advierten que el empleo desmedido y sin inspección de dispositivos expone a los niños a ser víctimas de ciberbullying, acoso o grooming, una forma de hostigamiento sexual a través de espacios digitales, principalmente dirigido a niñas y adolescentes.
Estos sucesos suelen darse en redes sociales como Facebook o Instagram, donde los ciberacosadores usan fotos y perfiles falsos con el fin de obtener información privada de los menores. Domicilios, números telefónicos, escuelas a las que asisten, fotografías íntimas o encuentros personales con objetivos como secuestro, son las alarmas más frecuentes.
Sumado a esto, existe la posibilidad de que se abran paso a contenidos inapropiados para su edad, como pornografía, "gore" (imágenes y videos explícitos que exponen asesinatos, accidentes viales, desmembramientos humanos o maltrato animal), videojuegos solo aptos para mayores de edad, sitios de apuestas o retos virales que pueden poner en riesgo su integridad.
Inclusive prácticas que se suponen inofensivas, entiéndase videojuegos en línea o aplicaciones de celular que aparentan ser para diversión, ahora también son consideradas inseguras, ya que ahí los adolescentes interactúan directamente con otros usuarios, lo que hace que sean blanco de hostigamiento, sustracción de datos, entrega de información privada o, en casos más graves, que entren en contacto con supuestos integrantes del crimen organizado.
Ante esto, se han emitido recomendaciones para tener un mejor control y vigilar lo que ven los menores en las redes y sitios web que visitan.
En ordenadores de escritorio o celulares, la policía cibernética ha sugerido que se deben instalar sistemas de control parental, así como antivirus que protejan ante ataques de páginas maliciosas, además es útil poner restricciones de uso y horarios para los dispositivos, así como la instalación de aplicaciones de control que limitan la navegación en sitios inapropiados y permiten el control de los celulares de los niños.
Finalmente, no se debe descartar el diálogo para advertir a los pequeños sobre los posibles peligros que están latentes en internet.