Han pasado 14 años desde que México empezó la lucha contra el tabaquismo a través de las primeras legislaciones denominadas coloquialmente como Ley Antitabaco, pero a pesar de las diferentes disposiciones que incluyen una carga de impuestos mayor y una radical estrategia para invisibilizarlos, la industria tabacalera continúa viva en el país.
Las últimas reformas de la Ley General para Regular el Consumo del Tabaco se empezaron a aplicar el pasado fin de semana y rápidamente generaron posiciones encontradas, tanto para aquellos que están a favor como los que están en contra.
Las disposiciones buscan reducir aún más el mercado del cigarro y los lugares donde se pueden consumir, pues desde el pasado lunes ya no se pueden exhibir cajetillas de cigarros o publicidad alusiva a ellos en misceláneas, centros comerciales, tiendas de autoservicio y tiendas de conveniencia.
Esta medida es aún más radical que cuando se puso en marcha la Ley Antitabaco, pues en 2008 no se restringió su exhibición en comercios, pero sí se obligó a las empresas a colocar enormes mensajes señalando que el cigarro provoca graves daños a la salud, así como imágenes que buscan mostrar de forma cruda los males que provoca el cigarro.
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Fuma menos gente
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en el 2010, apenas dos años después de qué empezó la llamada Ley Antitabaco, en 1.9 millones de hogares en México se compraban cigarros, pero al cierre del 2020 la cantidad bajó a 1.8 millones.
Los mismos cifras del INEGI muestran que a pesar de que hay menos hogares comprando cigarros, a 13 años del inicio de la Ley Antitabaco, el consumo promedio por persona no disminuyó e incluso aumentó, pues en 2010 un fumador promedio consumía 9.6 cajetillas al año, mientras que en 2020 el consumo promedio fue de 10.2 cajetillas.
Esto quiere decir que el consumo de tabaco no disminuyó sustancialmente a raíz de la entrada en vigor de la legislación, situación que obviamente no repercute negativamente en los ingresos de las empresas tabacaleras en el país, las cuales tampoco dependen específicamente del mercado mexicano.
Las empresas
A pesar de lo multifactorial que son las cifras de consumo de cigarros en México, lo cierto es que la industria tabacalera en el país ha disminuido su producción durante la última década, principalmente por los impuestos adjudicados a los cigarros.
Antes de esta contracción, la industria tabacalera tampoco era de las más fuertes en México y es que apenas representan el 0.05% del sector manufacturero y las empresas representan apenas el 0.1% en este mismo sector industrial.
Del mismo modo, las empresas tabacaleras continúan produciendo para un mercado extranjero puesto que tan sólo durante el 2020, 70 % de la producción de cigarrillos en México fue exportado a Canadá, en tanto que 15 % se envió a Colombia y otro 11 % a algunos países de Centroamérica.
Aunado a esto, el mercado de cigarrillos en México está cubierto con importaciones de Estados Unidos, mientras que otras más vienen de Europa Occidental.
Dicho lo anterior podemos decir que, si bien la industria tabacalera ha tenido que contraerse, hasta el momento no muestra indicios de estar en caída libre, aunque habrá que esperar las repercusiones que tendrán las nuevas disposiciones a la Ley General para Regular el Tabaco que empezaron a aplicarse este fin de semana.
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