Durante años, las famosas líneas de Nazca han sido un misterio para la comunidad científica, pues su origen o significado ha permanecido oculto, dando lugar a miles de teorías y especulaciones. Ahora, este conjunto de dibujos, figuras y diseños grabados en la superficie de las pampas de Jumana, en el desierto de Nazca, en Perú, ha sido noticia nuevamente debido a que un investigador japonés asegura haber descifrado el enigma.
Se trata de Masato Sakai, quien junto a su equipo de la Universidad de Yamagata, ha sugerido que las líneas probablemente señalizaban caminos y senderos. Esta teoría iría en contra de otras hipótesis famosas, como las que señalaban que los dibujos eran un gran calendario astronómico, figuras rituales o una pista de aterrizaje de naves extraterrestres.
Nazca es una cultura arqueológica del antiguo Perú que se desarrolló en el siglo I y entró en decadencia en el siglo VII. Estaba ubicada en los valles del actual departamento de Ica y su centro estaba en Cahuachi.
Esta cultura fue descubierta en 1901 por el arqueólogo Max Uhle, mientras que la primera referencia a sus figuras fue la del conquistador Pedro Cieza de León en 1547. El gobierno de Nazca era ejercido por una agrupación de señores locales que tenía a sacerdotes a su lado, a nivel jerárquico, debajo de ellos estaban los guerreros, después los artesanos y por último los agricultores y pescadores.
Los habitantes de la región eran politeístas, practicaban sacrificios humanos, así como la momificación y la deformidad craneal como símbolo de estatus. También eran conocidos por cortar cabezas, lo que hoy se conoce como “cabezas trofeos”.
Sus principales aportaciones fueron cuatro: la cerámica, la arquitectura, la agricultura y las famosas líneas de Nazca. Estas figuras están distribuidas sobre la superficie terrestre e incluyen diseños tan simples como líneas, hasta complejas figuras zoomorfas, fitomorfas y geométricas.
La primera investigación científica del lugar ocurrió en 1932 de la mano de los arqueólogos Julio César Tello y Toribio Mejía Xesspe, quienes pensaron que las marcas se trataban de simples caminos. Posteriormente, en 1941, el antropólogo Paul Kosok propuso que las líneas eran el "calendario de mayor escala en el mundo" y que su propósito había sido apuntar al sol y a los cuerpos celestes.
En 1996, los arqueólogos Markus Reindel y Johny Isla Cuadrado llevaron a cabo un estudio sistemático del lugar, lo que permitió hallar más de 650 yacimientos y trazar la historia de la cultura que generó estos dibujos.
En este sentido, una investigación posterior de Nicola Masini y Giuseppe Orefici reveló una relación espacial, funcional y religiosa entre los geoglifos y los templos de Cahuachi. Mientras que en 2021, otro trabajo proponía que las líneas eran un complejo sistema de gestión de agua, una especie de uso sofisticado de la técnica conocida como "cosechas de agua".
Las líneas y geoglifos de Nazca y de Pampas de Jumana son Patrimonio de la Humanidad desde 1994, aunque en los últimos años han sufrido diversos percances que las han dañado. Uno de los más recordados fue la construcción de una pista de aterrizaje en 1928 a las obras de la carretera Panamericana Sur, que dividió en dos la figura cola de lagarto.
Otro incidente fueron los daños provocados en 2013 por los asistentes al Rally Dakar, o las pancartas colocadas por Greenpeace cerca de la figura colibrí en 2014.
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