
La Ley General para el Control del Tabaco, que entró en vigor este fin de semana, nos muestra que las autoridades se han centrado en la última década en vigilar y controlar la industria tabacalera “por los graves daños que genera a la salud”, pero parece que se han olvidado de las bebidas alcohólicas, tan dañinas como el mismo cigarro.
Y es que las nuevas disposiciones de la Ley General para el Control del Tabaco se suman a otras medidas que las autoridades han implementado en contra de esta industria en el pasado, pues hay que recordar que actualmente los cigarros traen impresa una leyenda y una imagen aberrante, cuyo objetivo es desincentivar su consumo mostrando de forma cruda los daños a la salud.
Además, el consumo del cigarro, con las nuevas disposiciones de la Ley General para el Control del Tabaco, prácticamente está prohibido para consumirse en cualquier espacio público, reduciendo cada vez más los lugares para los fumadores.
Del mismo modo, se aplica en constantes aumentos a los precios del cigarro y de diversos impuestos que buscan encarecerlos, para que el consumidor no tenga un acceso tan sencillo ellos, sin que en la práctica todo lo anterior haya logrado disminuir de forma efectiva el consumo del cigarro.
¿Y el alcohol?
Todas estas medidas han sido justificadas por las autoridades como una necesidad para cuidar la salud de la población ante los graves daños que provoca su consumo o exposición al humo que genera el cigarro.
Lo que se deja de lado es el hecho de que, si bien es innegable que el cigarro provoca graves daños a la salud, también lo produce el alcohol y a diferencia del tabaco en los últimos años no se han emprendido campañas para “criminalizar” su consumo como se hace con el cigarro.
Actualmente, puedes comprar cualquier bebida alcohólica sin que en la etiqueta tenga alguna imagen aberrante que muestre de forma cruda los efectos que tiene su consumo o los daños que puede ocasionar a terceras personas si lo tomas de manera irresponsable.
Los impuestos a las bebidas alcohólicas tampoco han crecido de la misma manera que se ha hecho con los cigarros, por lo que actualmente la variación de los precios se da principalmente por el aumento de los insumos y no por una carga tributaria.
¿Por qué ocurre esto?
De forma oficial no existe una explicación acerca del por qué las autoridades no muestran el mismo empeño para concientizar a los consumidores y mermar las ventas de las bebidas embriagantes al igual que lo hacen con el cigarro.
Pero lo cierto es que el alcohol es tan dañino para la salud como el cigarro y a diferencia de este último, las muertes por alcohol no solamente afectan al consumidor, sino a segundas o terceras personas que se ven afectadas por hechos culposos cometidos por un conductor ebrio.
Aunque el alcohol, por su poder adictivo, podría ser considerada una droga, al final se trata de una socialmente aceptada, a diferencia de lo que ocurre con algunos productos como la marihuana o el tabaco.