La Convención sobre las Armas Químicas es un tratado internacional en el que se prohíbe el desarrollo, producción, almacenamiento, transferencia y el empleo de estos artefactos, además, se llevó a cabo la destrucción del armamento disponible desde que entró en vigor en 1997.
El tratado fue firmado en Paris en 1993 por 193 naciones que se comprometieron con la erradicación de armamento de destrucción masiva. Actualmente, el 98 por ciento de la población mundial vive bajo la protección de la Convención.
Este tratado tiene carácter único, pues constituye el primer acuerdo multilateral destinado a prohibir toda una categoría de armas y a velar por la verificación internacional de su destrucción.
Además, este fue el primer tratado de desarme negociado en un marco completamente multilateral, con la plena participación de la industria química del mundo en pro de una mayor transparencia y una aplicación por igual en el manejo de este armamento a todos los países que conforman el acuerdo.
Para mantener una supervisión en el cumplimiento del tratado, la Convención asigna por mandato la inspección de las plantas industriales, a fin de garantizar que las sustancias químicas tóxicas se emplean únicamente para fines no prohibidos.
¿Qué es un arma química?
Un arma de esta categoría transporta sustancias químicas que se utilizan para causar intencionalmente daños o la muerte por medio de sus propiedades tóxicas. En un concepto más simple, es un arma dentro de un sistema de distribución, como puede ser una bomba o un proyectil de artillería, aunque esta última definición solo engloba una pequeña parte de los artículos prohibidos por la Convención de Armas.
Dentro de la definición de arma química también se incluyen aquellas municiones, dispositivos y otros equipos diseñados específicamente para este fin. Algunos ejemplos de armas químicas son:
Sustancias químicas utilizadas para producir armas químicas (precursores).
Sustancias químicas usadas para causar daños o la muerte de forma intencionada.
Artículos con usos civiles pacíficos, cuando se utilicen o esté previsto su uso como armas químicas (artículos de doble uso).
Municiones y dispositivos cuyo objeto es distribuir sustancias químicas tóxicas.
Equipos directamente relacionados con las municiones y los dispositivos antes mencionados.
Hay diferencias con otro tipo de armas de erradicación masiva como las armas biológicas, que utilizan microorganismos como virus, bacterias, hongos u otras toxinas que se liberan para causar enfermedades y muertes en humanos, animales o plantas.
Estas últimas también están prohibidas con mayor antelación por el Protocolo de Ginebra firmado en 1925, tras los estragos de la Primera Guerra Mundial.