Un exoplaneta que "tiene casi exactamente el mismo tamaño que la Tierra" fue descubierto gracias a la utilización del telescopio espacial James Webb, informó la NASA.
Se trata de un pequeño planeta rocoso, bautizado como LHS 475 b, ubicado a 41 años luz de distancia de nuestro planeta. Esta es la primera vez que los investigadores utilizan el telescopio James Webb para confirmar la existencia de un exploneta. Esto porque entre todos los telescopios operativos, Webb es el único capaz de caracterizar la atmósfera de exoplanetas del tamaño de la Tierra.
"Estos primeros resultados de la observación de un planeta rocoso del tamaño de la Tierra abren la puerta a muchas posibilidades futuras para estudiar la atmósfera de planetas rocosos con Webb", aseguró Mark Clampin, director de la División de Astrofísica en la sede de la NASA en Washington.
"Webb nos está acercando cada vez más a una nueva comprensión de los mundos similares a la Tierra fuera de nuestro sistema solar, y la misión apenas comienza", agregó.
La investigación que permitió el hallazgo de LHS 475 b fue emprendida después de que la misión TESS (Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito) de la NASA, lanzada en 2018 para descubrir planetas pequeños que orbitan estrellas brillantes en todo el cielo nocturno, insinuó la existencia del astro, "convirtiéndolo en un objetivo de interés para" el telescopio James Webb.
Así, el espectrógrafo del infrarrojo cercano del telescopio, explica la NASA, capturó el planeta con solo dos observaciones de su tránsito.
"No hay duda de que el planeta está allí. Los datos impecables de Webb lo validan", dijo Jacob Lustig-Yaeger, del equipo de investigación del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en Laurel, Maryland.
Por ahora, el equipo de investigación no ha podido concluir si el nuevo mundo tiene atmósfera. "El telescopio es tan sensible que puede detectar fácilmente una variedad de moléculas, pero aún no podemos sacar conclusiones definitivas sobre la atmósfera del planeta", dijo Erin May, también del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins.
Con todo, el equipo señala que no han descartado algunas composiciones atmosféricas, como una atmósfera de dióxido de carbono puro.
"Contrario a la intuición, una atmósfera 100% de dióxido de carbono es mucho más compacta, tanto que se vuelve muy difícil de detectar", dijo Lustig-Yaeger.
Webb también reveló que LHS 475 b completa una órbita en solo dos días y es unos cientos de grados más cálidos que la Tierra, así que, si se detectan nubes, los investigadores podrán concluir que el planeta es más parecido a Venus, que posee una atmósfera de dióxido de carbono y está perpetuamente envuelto en nubes espesas.
"Estamos a la vanguardia del estudio de pequeños exoplanetas rocosos. Apenas hemos comenzado a arañar la superficie de cómo podrían ser sus atmósferas", dijo Lustig-Yaeger.