Ser repartidor en alguna aplicación, ¿opción viable o trabajo mal pagado?

Ser repartidor en alguna aplicación, ¿opción viable o trabajo mal pagado?

Foto: Enfoque

Ser repartidor de alguna aplicación como Rappi o DiDi se volvió un trabajo popular durante pandemia, pero tras algunas quejas como la falta de prestaciones laborales y los bajos salarios terminó catalogado como un trabajo sufrido y mal pagado. Sin embargo, el autoempleo sigue siendo una opción viable para algunos poblanos.

 

Víctor Hugo Franco tiene cerca de un año trabajando dentro de la aplicación de Rappi, conduce una moto y en un buen día puede llegar a hacer hasta 25 viajes en los que junta entre 800 y 1000 pesos incluyendo propinas, pero esto no llega a pasar muy seguido

 

De acuerdo con Víctor, las ventajas de este trabajo están en la disposición del tiempo, ya que él decide en qué momento trabajar y en cuales descansar, pero hablando económicamente, acepta que no hay comparación con tener un sueldo fijo en alguna empresa. 

 

Como repartidor en la aplicación cuentan con un esquema de pago que se diferencia por niveles: bronce, plata y diamante. Cada uno dota de preferencias tanto en las solicitudes como en el porcentaje de las ganancias que pueden percibir.

 

Para poder alcanzar cierto nivel el sistema evalúa diferentes aspectos como su tiempo en viajes, la forma en la que entregan las encomiendas, así como las calificaciones que proporcionan los solicitantes, además del tiempo que permanecen conectados a la aplicación, ya que algunos repartidores son eventuales.

 

Otro de los aspectos que perjudican la experiencia de ser repartidor son los envíos incompletos o que no son recibidos por los usuarios y que terminan siendo cargados a los repartidores. A pesar de que es posible que ellos apelen el cobro enviado evidencia, el dinero no es liberado hasta en 24 o 48 horas.

 

Pero este escenario no pinta parejo para los repartidores que tiene otras formas de transportarse como aquellos que utilizan bicicleta, quienes de acuerdo con Víctor, no suelen dedicarse de tiempo completo, solo en ciertos lapsos u horarios del día, ya que toman el empleo para generar dinero en sus tiempos libres, la mayoría estudiantes.

 

 

En este sentido, el estudio “Este futuro no aplica” de la organización Oxfam, aplicó una encuesta a 1,000 repartidores en México para determinar que viven en condiciones de precariedad laboral excluidos del ejercicio pleno de sus derechos sociales al dedicar un promedio de 46.3 horas semanales, por ingresos de 53 pesos por hora.

 

El mismo reporte contempla que las utilidades de los repartidores pueden ser muy variadas. El 4 % de los encuestados gana menos de 2,000 pesos; el 12 % gana entre 2,000 y 4,000 pesos y solo el 6 % logra ganar más de 20,000 pesos.

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