Los científicos de la Universidad Estatal Psicológica y Pedagógica de Moscú —MSUPE por sus siglas en inglés— revisaron los estudios dedicados a los factores de idealización del cuerpo y destacaron los mecanismos que promueven ideales nocivos de lo atractivo en la sociedad.
Los resultados de la investigación están publicados en la revista 'Psijologuicheski Zhurnal'.
En la actualidad, se da una gran importancia al atractivo físico. Se aplican estándares rígidos a los ideales de belleza y se requieren muchos esfuerzos para alcanzarlos. En vista de eso, en los últimos 30 años, se observa con frecuencia que las personas, ante todo mujeres jóvenes y adolescentes, están insatisfechas con su cuerpo, destacan los expertos de la MSUPE.
Los científicos de la MSUPE revisaron los estudios dedicados a los factores sociales y psicológicos de idealización del cuerpo. Esto permitió identificar mecanismos e instrumentos clave que promueven ideales nocivos de lo atractivo en la sociedad.
"Un papel importante en la insatisfacción del cuerpo lo desempeñan las concepciones de un cierto tipo de belleza femenina: un cuerpo sexualmente atractivo. Este cuerpo existe para el placer de otras personas, y su valor depende directamente del atractivo físico", señala la profesora titular del Departamento de psicología clínica y psicoterapia de la Facultad de Psicología Clínica y Consultiva, Natalia Polskaia.
Esta concepción se llama "objetivación". En el caso de las niñas que caen temprano bajo su influencia, puede convertirse en autoobjetivación: una tendencia a identificar su cuerpo y personalidad, y cuidarse del atractivo físico en detrimento de las sensaciones internas y los indicadores objetivos de salud. La autoobjetivación conlleva la alienación y la vergüenza del propio cuerpo.
Según los expertos, en las redes sociales, la autoobjetivación es la base del comportamiento centrado en la apariencia. El contenido dedicado al cuerpo y la apariencia está propagándose rápidamente y se convierte en un ejemplo a seguir.
Según los científicos, ver, transmitir y publicar fotos, videos y textos en las redes sociales son herramientas para crear los últimos estándares de un cuerpo ideal. En la mayoría de veces, las imágenes "#thinspiration" (literalmente "la inspiración de la delgadez", estimula a perder peso) y "#fitspiration" ("la inspiración de buenas proporciones", estimula a alcanzar formas atléticas) se desempeñan como ideales.
La investigación puso de relieve que el cuerpo natural resulta ser un cuerpo a vencer, y el sufrimiento (de ejercicios excesivos o dietas estrictas) se romantiza como parte del trabajo en sí mismo, mientras que las señales naturales del cuerpo se desestiman.
"Parece que la principal herramienta para idealizar el cuerpo es el selfi. Crear y publicar selfis permite a los usuarios explorar y controlar su identidad en el espacio en línea, así como obtener una respuesta positiva a través de comentarios. Las imágenes originales a menudo se someten a retoques", señala Natalia Polskaia.
Según los autores de la investigación, crear un autorretrato ideal es un acto de "recrearse" como una persona físicamente más atractiva, socialmente más exitosa y psicológicamente más satisfecha. Pero en el mundo real, la actitud hacia sí mismo y su cuerpo se deteriora debido al entendimiento de que el ideal creado es inalcanzable.
Los científicos destacan que esto conlleva una gama de problemas asociados con la insatisfacción corporal, inclusive el aumento de la ansiedad y las expectativas de rechazo debido a la apariencia, el miedo a la evaluación negativa de la apariencia por los demás y la vergüenza corporal.
Partiendo del análisis realizado, los investigadores de la MSUPE propusieron dos direcciones de intervenciones psicológicas para prevenir la autoobjetivación y las prácticas nocivas de idealización del cuerpo.
La primera dirección está relacionada con el desarrollo de métodos psicológicos que permiten separar las manifestaciones personales de la autoobjetivación del cuerpo y el deseo normal de ser físicamente atractivo y gustar a otras personas.
La segunda dirección se refiere a la introducción de programas de educación psicológica, incluida la alfabetización mediática, en el trabajo con los grupos de riesgo (por ejemplo, las adolescentes) y las redes sociales. Su objetivo es formar concepciones en relación con las diferencias entre la naturaleza de una persona y un trato sexualizado y autoobjetivador con su cuerpo como una cosa cuyo valor y funciones se determinan por otra persona.
La investigación se realizó con apoyo financiero de la Fundación Rusa de Investigaciones Fundamentales —RFFI por sus siglas en ruso— en el marco del proyecto científico n.º 20-013-00429.