Los vehículos eléctricos (VE) producen hasta menos del 50 por ciento de emisiones de CO2 comparados con los autos de gasolina, desde su fabricación hasta su eliminación. Los autos impulsados por gasolina produjeron el 15% del total del CO2 del planeta en 2018, sólo por detrás de la industria eléctrica. Nuevo material evitaría emitir 450 mil toneladas métricas de CO2 entre 2022 y 2030.
Por ello, la electromovilidad sigue ganando terreno a medida que los consumidores buscan opciones de transporte más amigables con el medio ambiente. Pero, a pesar de la sostenibilidad de este tipo de vehículos y al 43% de los consumidores mexicanos con intenciones de comprar un auto eléctrico, el país carece de infraestructura. México cuenta solo con un total de 2 mil 89 estaciones de carga públicas para vehículos eléctricos. Esto representa un gran obstáculo para esta iniciativa de transición y el impulso esperado, además es el principal obstáculo que se plantean los interesados para no comprar un auto con estas cualidades.
Sin embargo, si bien una parte del problema lo resuelve la demanda de productos con menor impacto al medio ambiente, los esfuerzos por mitigar este problema comienzan a ser prioridad para fabricantes. Tal es el caso de la compañía holandesa EVBox que dio a conocer una alianza con Covestro, empresa en la producción de polímeros de alto rendimiento. La finalidad es comercializar un novedoso cargador de pared hecho a partir de biorresiduos y materiales residuales para ofrecer una alternativa ante la falta de infraestructura existente.
El material del cual estará hecho el producto es Makrolon RE de Covestro, cuyos compuestos son idénticos a los de origen fósil y tienen las mismas propiedades de resistencia a humedad, calor y frío. Además puede estabilizarse contra la radiación UV y es anticorrosivo. Adicionalmente, la estación de carga cuenta con aislante eléctrico y su resistencia al impacto lo hace seguro contra el vandalismo.
Finalmente, este nuevo cargador de pared ya está disponible y gracias al material de su hechura, la huella de carbono de la estación de carga se redujo en 10 kilogramos de C02. Por lo tanto, si todas las estaciones de recarga del mundo se fabricaran con Makrolon RE de Covestro y no con materiales convencionales, se evitaría emitir 450 mil toneladas métricas entre 2022 y 2030.