
La temporada decembrina puede traer severas complicaciones para la salud, específicamente en el sistema respiratorio, especialmente cuando al clima frío se le suman otros factores como la presencia del virus SARS-CoV-2 y, en el centro de la República, la caída de ceniza por parte del volcán Popocatépetl.
El clima frío bien puede ser uno de los temas más frecuentes cada año, por ello es que desde octubre comienza la vacunación para atender enfermedades como la influenza estacional, además, algunas personas recurren a sus médicos para tomar algún suplemento vitamínico.
En esta temporada también es común ver a las personas más abrigadas con la finalidad de tratar de evitar los cambios bruscos de temperatura, ya que estos son los verdaderos responsables de las enfermedades respiratorias.
Las principales recomendaciones por parte del sector salud es no exponerse a estos cambios y atender de inmediato cualquier síntoma de alguna enfermedad respiratoria, especialmente ahora que está presente el covid-19.
Aunque actualmente las personas ya deberían de tener el cuadro completo de vacunación que va de una a dos dosis, así como un refuerzo adicional, muchas continúan sin tener las vacunas correspondientes, por lo que la Secretaría de Salud estará llevando a cabo campañas durante esta semana para aplicar el biológico.
Las cenizas del volcán
A las enfermedades respiratorias se le suma un factor más que es el de las cenizas del volcán Popocatépetl, la cual no es predecible, pero generalmente aumenta su actividad durante diciembre.
La caída de ceniza puede representar un riesgo para la salud debido a las partículas que podemos inhalar en el ambiente, de ahí que sea necesario tomar algunas recomendaciones para este tipo de contingencias.
Ante este fenómeno, las autoridades recomiendan no practicar ningún tipo de actividad al aire libre, es decir, reducir el tiempo que las personas pasamos fuera de nuestras casas con la finalidad de reducir la exposición a estas partículas.
Si es necesario hacer alguna de estas actividades, se recomienda el uso de mascarillas faciales o cubrebocas, con la finalidad de reducir el ingreso de dichas partículas al cuerpo.
También se pueden administrar gotas para lubricar y reducir la irritación ocular.