El Pleno del Senado de la República aprobó en lo general y en lo particular el Plan B de la Reforma Electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador. Tras esta decisión, el Partido del Trabajo y el Verde Ecologista de México lograron revivir los artículos que permiten mantener el registro como partido político mediante la transferencia de votos, además de la posibilidad de crear “guardaditos presupuestales”.
Tras las modificaciones hechas en la Cámara alta, la minuta volverá a la Cámara de Diputados, aunque el periodo ordinario concluye este 15 de diciembre. Morena consiguió la aprobación en lo general con 69 votos a favor y 53 en contra, aunque la gran sorpresa de la noche fue el voto en contra del coordinador de Morena, Ricardo Monreal Ávila.
De acuerdo con el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara alta, Alejandro Armenta Mier, el dictamen fue avalado en lo general, pero la discusión se alargó debido a las 1,222 reservas presentadas.
En este paquete de reformas a las leyes secundarias en materia electoral destacan los cambios a la estructura del Instituto Nacional Electoral (INE), que ya no llevará a cabo los conteos rápidos en cada elección, además, una gran parte de la plantilla de este órgano será despedida, pues se eliminará el servicio profesional.
Las reservas fueron avaladas con 68 votos a favor y 50 en contra, por lo que se aprobó la modificación a varios artículos de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe), la ley General de Partidos Políticos y la ley Orgánica y del Poder Judicial de la Federación.
Las únicas reservas aprobadas fueron las hechas por Morena y sus aliados, dejando de lado las que propusieron senadores de la oposición, que estaban en contra de las modificaciones que proponía el partido oficialista.
En este sentido, durante la discusión, Emilio Álvarez Icaza Longoria aseguró que la aprobación de la reforma es una “prostitución electoral” que favorece al Partido del Trabajo (PT) y al Verde Ecologista de México (PVEM), pues el nuevo dictamen da la posibilidad de distribuir los votos de coalición para los partidos y, de ese modo, mantener el registro.
Al respecto, los senadores del PT y PVEM negaron categóricamente que el proyecto sirviera como una moneda de cambio para beneficiarlos.