A una semana del 12 de diciembre, fecha en la que se celebra el día de la Virgen de Guadalupe, miles de feligreses comienzan a salir de sus casas con la finalidad de llegar hasta la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, buscando agradecer algún favor concedido.
Las peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe son consideradas una de las muestras más grandes de la fe católica en el país, de ahí que su celebración sea capaz de congregar a decenas de miles de personas cada año.
Aunque cada estado de la República tiene un día en específico para conmemorar a la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre es un referente y por ello es qué prácticamente de todo el país salen peregrinaciones rumbo a la Ciudad de México, buscando llegar desde la noche del 11 de diciembre para participar en las tradicionales mañanitas.
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La autopista México-Veracruz, que atraviesa por Puebla, sirve como guía para muchos peregrinos que buscan llegar a la capital del país, aunque otros tantos aún lo hacen cruzando por Paso de Cortés, entre los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
Las peregrinaciones son una práctica muy antigua que se remonta por lo menos hasta el año de 1864, cuando los emperadores de México Maximiliano y Carlota decidieron acudir a la basílica caminando por la Calzada de Guadalupe, en señal de respeto hacia la virgen.
Aunque oficialmente esa es la primera peregrinación concebida por las autoridades eclesiásticas, lo cierto es que a partir del año de 1867 se tiene registro de las primeras grandes movilizaciones por parte de numerosos grupos de feligreses que llegaban a ver a la Virgen de Guadalupe el día de su celebración.
Ya sea en la primera Basílica, o en el actual recinto, cada año se puede ver a personas que llegan tanto caminando, como en bicicleta y algunos otros que desean llevar su fue un poco más allá, y deciden cumplir alguna manda de formas un tanto peculiares.
Algunas personas que llevan a cabo la peregrinación a pie, cruzan todo el atrio de la basílica de rodillas, otros más lo hacen descalzos o de muchas otras formas, según lo que hayan prometido al momento de pedir un milagro.
Desde hace algunos años la iglesia ha pedido a los feligreses contener sus muestras de afecto, principalmente cuando cumplir alguna manda puede desencadenar un problema de salud para las personas, ya que muchas de ellas llegaban sangrando.
Aunque en los últimos años se vio una reducción en el aforo debido a la pandemia del covid-19, se espera que para este 2022 las restricciones sanitarias sean mínimas y vuelva a haber una enorme concentración de católicos que acuden a celebrar a la "Morenita del Tepeyac".
