En alguno de sus discursos como ministro presidente de la Corta de Justicia, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea dijo sin el menor pudor que “la corrupción es inadmisible en cualquier sector del gobierno, pero es mucho más grave cuando lo que se vende es la justicia”.
Prácticamente, en todas sus intervenciones públicas –que no han sido pocas--, el queretano de 63 años de edad suelta el rollo anticorrupción, en una línea discursiva muy semejante a la que casi a diario enuncia su vecino Andrés Manuel López Obrador: decir, pero no hacer.
Es mucho bla, bla, bla para alguien que, como él, llego al cargo vía una gran corruptela…
… ¡venderse a la llamada Cuarta Transformación a cambio de las presiones que el gobiernito de AMLO ejerció sobre los demás ministros para que lo votaran para un periodo que ya felizmente termina!
Final de Zaldívar en la presidencia del Máximo Tribunal.
Pero final también de una etapa oscura en la Corta.
Etapa de prepotencia hacia con sus compañeros ministros.
Etapa, lo peor, de un desprecio por la legalidad.
Y es que, con eso de que para Andrés Manuel López Obrador la voz del pueblo está por sobre la Constitución…
… y de que a el no le salgan con eso de que la ley es la ley…
… a Zaldívar se le hizo fácil despreciar el texto y el espíritu de la Carta Magna durante meses…
… cuando uno de los partidos satélites del Movimiento de AMLO, en este caso el Verde, propuso ampliar dos años su presidencia del Poder Judicial de la Federación.
Sólo dejó correr la posibilidad y, como por ahí se dice, esperar que fuese chicle y pegara.
Se va Zaldívar de la titularidad del Poder Judicial --Corta y Judicatura, al mismo tiempo--…
… regresa por un par de años, que es lo que le falta para jubilarse, a la Sala que ocupaba o a otra que le asignen a partir de enero…
… y nadie del añoso edificio de la avenida Pino Suárez va a extrañ
ar su mandato no prorrogado.
Ya lo verá usted.
Y ahora, ¿una ministra presidente?
Aunque la ley señala que deben ser los ministros y sólo los ministros quienes elijan a quien presida la Corta de Justicia y, al mismo tiempo, también encabece la Judicatura Federal… lo más seguro es que, como en el caso ya narrado de Zaldívar, López Obrador vuelva a meter las manos en la elección.
Aunque con inciertos resultados, pues ya no tiene a un eficiente Julio Scherer como operador.
Y dada su obcecación por querer emparejar cartones entre los géneros femenino y masculino, lo más seguro es que ya haya dado instrucciones para que sus cercanos impulsen a alguna de las cuatro señoras ministras, tres de las cuales fueron propuestas al Senado por él.
Descarte, por tal, las posibilidades de Norma Lucía Piña Hernández, quien llegó a la SCJN a propuesta de Enrique Peña Nieto –en realidad, del consejero jurídico de aquel, Humberto Castillejos— hace siete años, en el 2015, quien es una de las cinco Mrs. Justice que ayer difundieron sus aspiraciones. Su carrera judicial responde por ella.
En cambio, Yasmín Esquivel Mossa, incorporada al Máximo Tribunal como una propuesta de AMLO y quien también ayer registró su candidatura tiene más posibilidades de suceder a Zaldívar… por las razones ya expuestas de intromisión del Ejecutivo en asuntos internos del Judicial, porque tiene una carrera judicial que no desmerece y porque está casada con uno de los constructores favoritos de la 4T, desde que López Obrador despachaba al frente del ya desaparecido Departamento del Distrito Federal: José María Rioboó, lo que cuenta en un sexenio como el actual que sólo de dientes para afuera condena el nepotismo.
Las ministras Ana Margarita Ríos Farjat y Loretta Ortiz Ahlf decidieron no participar.
Por el lado masculino se inscribieron en la justa sucesoria los ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Javier Laynez Potisek y Alberto Pérez Dayán. Los tres con merecimientos suficientes, pero aparentemente sin respaldo de Palacio Nacional… lo que paradójicamente podría contar a su favor si es que AMLO y los cuatroteros –Adán (Augusto) López, en especial-- no meten las manos en el proceso.
¿Ministra presidente?
En escasos días lo sabremos.
Indicios
La logística de los priístas para evitar que la chairiza fuese enviada a impedirles llegar, ayer, a la sesión de la Cámara Baja donde ya sabían cual sería el sentido de su voto –en contra-- de la reforma constitucional del caudillo para perpetuar a su Movimiento en el poder merece ser contada. Primero, mandaron a estacionar un par de autobuses a las afueras de un hotel del Paseo de la Reforma, para que los cuatroteros pensaran que ahí estaban concentrados y, en un momento dado, bloquearan las instalaciones de ese inmueble para impedirles salir hacia San Lázaro. La realidad es que en grupos de aproximadamente 15 legisladores se hospedaron en cuatro distintos hoteles. Y en lugar de llegar en dos autobuses los condujeron en cuatro distintas minivans que ingresaron a la Cámara de Diputados por cuatro distintos accesos. Valían todas las precauciones. * * * Hay una extraña complicidad o, cuando menos, manga ancha de la Cofepris –ahora ya bajo la tutela del controversial Hugo López-Gatell-- con Farmacéutica Pisa. Este laboratorio ha estado vetado por fallas notables en la calidad de sus productos. Los oncológicos, en primer término. Pero ahí está de nuevo, presente en el fallecimiento de una veintena de fallecimiento y casi 70 casos de extrema gravedad por contagios de meningitis en hospitales privados de Durango. Y aunque Zoé Robledo no ha dicho ni una palabra, el problema ya se extendió a nosocomios del IMSS en el Bajío, donde el producto de Pisa ya ha cobrado la vida de varios derechohabientes. ¿Qué intereses, qué arreglos unen al subsecretario de Salud, llamado por algunos Doctor Muerte, con Farmacéutica Pisa que esta sigue licitando su mercancía para el gobierno? * * * Bien dice el refrán que quien traiciona una vez, traiciona siempre. Y eso se vio el sábado anterior cuando Marcelo Ebrard excluyó a Ricardo Monreal de entre los “hermanos y hermana de AMLO”. Pues ¿no que el canciller había establecido un pacto con el líder senatorial? * * * Y a quienes, por cierto, se les volteó el chirrión por el palito, como también se dice, fue a quienes en Hidalgo iniciaron abucheos en contra del zacatecano Monreal. Su respuesta los dejó boquiabiertos, sin argumentos, por lo que callaron y hasta le aplaudieron. La guerra interna en Morena sigue al alza. Se va a desmoronar, se lo aseguro. * * * Y por hoy es todo. Le agradezco me haya acompañado con la lectura de estas líneas y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!