Este 29 de noviembre se celebra el Día Internacional de las Defensoras de los Derechos Humanos, mujeres que valientemente se han enfrentado a adversidades para levantar la voz, acto que en diversas ocasiones ha provocado su propia muerte.
Los ataques en contra de las defensoras de los derechos humanos son constantes y muchos se están presentando en una época donde la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) está más enfocada en defender las acciones del presidente Andrés Manuel López Obrador que a la sociedad.
Muchas activistas han sido víctimas de feminicidios por la lucha que llevan a cabo, muchos de estos asesinatos quedando impunes hasta el momento y mostrando que en México se hace múltiples veces lo que marcan los grupos criminales.
El caso tal vez más sonado de una activista de derechos humanos asesinada es el de Marisela Escobedo, quien el 16 de diciembre de 2010 fue asesinada en Chihuahua tras luchar contra el feminicidio y buscar que el asesino de su hija fuera condenado. Fue ejecutada presuntamente por el hermano del asesino de su hija.
La promotora y defensora de los derechos humanos Susana Chávez Castillo fue asesinada en enero de 2011 en Chihuahua. A esta poeta y activista, que peleó en contra de los feminicidios, se le atribuye la frase “Ni una menos”, que se sigue usando en la actualidad.
En Puebla se presentó en 2012 el asesinato por temas de odio de la activista transgénero Agnes Torres, quien durante muchos años trabajó por los derechos de la comunidad LGBT y el 8 de marzo del referido año fue asesinada en Atlixco.
Uno de los peores actos contra defensoras de los derechos humanos se presentó el 31 de julio en la Colonia Narvarte de la Ciudad de México, donde la antropóloga social y parte del movimiento #YoSoy132, Nadia Vera, fue asesinada junto a otras cuatro personas.
En este 2022 se han presentado dos feminicidios de activistas que han llamado la atención en Puebla, comenzando por el caso de la abogada y defensora de mujeres víctimas de violencia, Cecilia Monzón, quien el 21 de mayo fue ultimada a balazos presuntamente por órdenes de su expareja, Javier N, quien está en estos momentos preso.
Esmeralda Gallardo, quien formaba parte del grupo de mujeres buscadoras en Puebla y que trataba de encontrar a su hija Betzabé, fue asesinada en Villa Frontera a balazos por dos personas. De resaltar es que las autoridades jamás le brindaron la protección que solicitaba.