Portugal venció el lunes 2-0 a Uruguay para garantizar su avance a octavos de final del Mundial de Catar 2022, con dos goles de Bruno Fernandes, el segundo tras un polémico penal validado por el VAR.
Tras una primera mitad igualada, en la que los lusos controlaron y llegaron más, en el minuto 54 llegó el primer gol de los europeos con un centro de Fernandes que Cristiano Ronaldo no logró cabecear, pero descolocó al arquero, y en el 90+1 el árbitro consideró intencional una mano en el área, y llegó el segundo.
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El segundo gol de los portugueses, sancionado por el árbitro iraní Alireza Faghani pese a que la mano de José María Giménez nunca buscó el esférico, fue un golpe anímico para un Uruguay que estuvo a punto de igualar el partido, con más llegadas y algo de mala suerte.
De hecho, en el minuto 74, el recién ingresado Maxi Gómez estrelló contra el poste izquierdo un disparo al que Diogo Costa jamás llegaría, y en el 77 un tiro libre aterrizó en las rodillas de Luis Suárez, quien no giró lo suficiente en el remate y el balón salió junto al palo derecho.
El acoso de la "celeste" parecía dar frutos de un momento a otro, pero en el 89 un caño a Giménez se topó casi de casualidad con la mano del defensa del Atlético de Madrid, y Faghari, luego de revisar el VAR, decretó el penal.
Fernandes definió con clase y Uruguay jamás fue el mismo: de hecho, estuvo más cerca el tercero de Portugal que el equipo sudamericano de descontar.
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Ahora, Uruguay tendrá que derrotar a Ghana el próximo viernes y esperar una derrota de Corea del Sur.
Como anécdota del partido quedó la irrupción de un activista de la diversidad sexual en la cancha del estadio de Losail, y que CR7 celebrara como propio el primer gol de Fernandes: la repetición en cámara lenta mostró que el balón rozó, si acaso, la aureola mística del cañonero luso.
