Si bien el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer aborda principalmente el problema de la agresión física y el maltrato intrafamiliar, no se puede dejar de lado el problema de la violencia estructural que sufren las mujeres.
Con la finalidad de abordar dicho problema, el Poder Judicial del Estado de Puebla organizó la ponencia denominada "La violencia: un problema cultural", la cual estuvo a cargo del especialista María Carmina Parada Aguilar, quien es docente de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Instituto Tecnológico de Monterrey Campus Puebla.
Durante su conferencia, Parada Aguilar explicó que hay una pirámide para catalogar la violencia contra la mujer y en la parte más alta de ella se encuentra la violencia cultural o simbólica, la cual para muchas personas están normalizada.
Explicó que la sociedad está inmersa en esa violencia cultural o simbólica, por lo que suele justificar las conductas violentas que se dan de manera social, pues se normaliza la violencia que se da en cualquier ámbito de la sociedad como puede ser la religión, la escuela o la familia.
"Esto es la violencia, vives inmersa en ella, ya te acostumbraste, pero finalmente le pega al ejercicio de algo tan básico como la libertad de tránsito, por ejemplo, por dónde voy, qué me pongo para que no vaya a haber algo que me dañe", señaló.
La docente dio un ejemplo básico de cómo es que muchas veces las mujeres piensan qué ropa se van a poner dependiendo del lugar al cual van a ir, lo cual podría parecer normal; sin embargo, atenta contra el ejercicio de la libertad, tanto de identidad como de persona, pues para evitar ser víctima de alguna agresión deben de modificar o adecuar su atuendo.
Manifestó otros ejemplos como puede ser en la escuela, donde muchas veces las niñas suelen ocupar la periferia de un patio escolar, esto para evitar que puedan recibir algún balonazo o un empujón durante un juego de niños, quienes suelen ser los que ocupan el centro del patio.
Explicó que se trata de un problema que está presente en prácticamente todos los espectros de la sociedad, sin importar que estos estén mal, ya que la gente no los cuestiona y tampoco busca cambiarlos, siendo ese el problema real de la violencia contra las mujeres.
Recordó que este tipo de violencia también está en la publicidad de los medios de comunicación, donde existen errores históricos como la sexualización de la mujer o utilizar figuras femeninas culturalmente atractivas, para tratar de vender productos que están asociados con los hombres, como pueden ser los vehículos, bebidas alcohólicas o hasta herramientas.
María Carmina Parada puso como ejemplo los famosos anuncios espectaculares de una tienda de herramientas, la cual se promocionaba en varias calles de la capital poblana y que se caracterizaba por mostrar el cuerpo de una mujer en ropa interior.
"La violencia cultural o simbólica no mata y no mutila, no está incorporada a la estructura, pero legitima, justifica, enseña y dota de razón a las otras dos", explicó la docente.
En este sentido, recalcó la importancia que tiene detectar este tipo de prácticas y buscar cómo modificarlas, ya que esta sería la puerta de entrada a un avance real en la atención a la violencia contra la mujer y su erradicación.